Uno de los ciudadanos haitianos que este lunes abordó el avión que lo llevará de vuelta a su país lo hizo de una forma muy distinta a cómo llegó.

Se trata de Amidson Prudo, joven de 23 años que llegó al Grupo 10 de la FACh en silla de ruedas y acompañado de dos cuidadores. Tres años antes, llegaba a Chile caminando y en buen estado físico y mental.

Según consignó La Tercera, en su llegada a Chile Prudo encontró trabajo fabricando baldosas y vivía con algunos primos en Maipú.

Sin embargo, una noticia proveniente de Haití cambió su vida cuando le avisaron que su madre había muerto en la isla, información que lo encontró sin dinero para viajar a despedirla.

Angustiado, intentó quitarse la vida en un acto que lo dejó con daños en su columna vertebral, siendo internado posteriormente en el Instituto Psiquiátrico Dr. José Horwitz Barak en Recoleta.

Un año alcanzó a estar internado en el recinto, donde estableció una estrecha relación los técnicos en enfermería Maritza Sánchez y Héctor Moris, profesionales que lo acompañaron esta mañana y a quien Amidson llamaba “mami” y “papi”.

“Tengo sensaciones contradictorias. Estoy feliz porque se va con su familia a su país. Estuvimos un año con él en rehabilitación. Llegó en silla de ruedas, casi sin movimiento, y hoy es autovalente”, señaló Maritza.

La pareja de funcionarios enviaron regalos a su familia, a quienes contactaron durante su tratamiento, el que continuará en Haití de acuerdo a lo recomendado por los profesionales chilenos que enviaron el diagnóstico y le suministraron medicamentos para más de un mes.