Justicia y responsabilidad exigió una mujer luego que su mascota, una poodle pequeña, fuera arrebatada de sus brazos por tres perros de gran tamaño en un hotel de Ralco, los que terminaron por provocar su muerte.
Hace 5 años Eloisa Espinoza viaja hasta Ralco para descansar en la época estival. Este año, hizo lo mismo con sus hermanas, sobrinas, y sus dos puddles, ambos de tamaño pequeño.
Dentro del viaje, decidieron ir hasta Callaqui, y en el trayecto, encontraron un hotel donde se bajaron para ver el lugar y comprar un café en el recinto.
Fue poco antes de la recepción que vieron un letrero que indicaba la prohibición de ingresar al recinto con animales, por lo que le pidieron dos niñas pequeñas se llevaran a ambos perros en sus brazos.
En el lugar le consultaron a una trabajadora el por qué de la restricción, quien les respondió que se debía a que habían tres perros que solían ser agresivos con otros animales.
Luego de esto, decidieron irse del lugar, sin pensar que en cosa de segundos, uno de sus perritos sería arrebatado de los propios brazos de Eloisa. La mujer explicó que su mascota, llamada Any, finalmente perdió la vida, y ella quedó con mordeduras y heridas.
La mujer se mostró afectada, exigiendo justicia y responsabilidad, apuntando directamente al Hotel El Faro, que es donde estaban los perros y no los mantenían con el resguardo necesario al tratarse de mascotas grandes y agresivas.
A pesar del dolor de Espinoza, también remarcó que pudo haber sido su sobrina, de 7 años, quien estuviera en su lugar de no haberle pedido a Any.
Tras lo ocurrido, generó las denuncias respectivas en la PDI de Los Ángeles, además de la constatación de las lesiones, para buscar que se haga una investigación por el hecho.
La Radio intentó en reiteradas ocasiones tomar contacto con el recinto involucrado, pero no hubo respuesta.
