Ya es un hecho, loteos brujos o irregulares se han reportado en varias comunas del Bío Bío, de la mano del sueño de la casa propia o de la segunda vivienda. Y es por esto que lugares como Florida o Santa Juana están entre los preferidos de los especuladores.

El engaño queda en evidencia cuando el comprador se da cuenta que no puede construir, o con su casa ya levantada enfrenta una orden de demolición, además de no poder contar con servicios básicos.

En la zona central, Melipilla, Pirque o Curacaví viven hace años el problema. Los afectados siempre terminan en el municipio, pues en casi todos los casos se les promete que podrán edificar con los permisos en regla, pero la realidad es otra.

La venta por pedazos de terrenos preocupa en Santa Juana, comuna donde se ha detectado en los sectores de Ovejería y Río Lía. Su alcalde y presidente de la Asociación Regional de Municipios, Ángel Castro, señaló “estar muy preocupado por lo que está pasando en la región”.

El tema de los loteadores trajo a la zona al alcalde de Pirque, Cristian Balmaceda, presidente de la Asociación de Municipios Rurales. El edil explicó que la gravedad de la situación los obligó a coordinarse con el Ministerio de Bienes Nacionales, la Asociación de Conservadores de Bienes Raíces y la Fiscaslía. Ese camino se busca replicar en la región del Bío Bío para enfrentar la creciente inquietud.

En San Fabián de Alico, comuna precordillerana de Ñuble, también están alertas. Su alcalde, Claudio Almuna, asistió a una capacitación entregada a diferentes municipalidades para que sus Direcciones Jurídicas y de Obras sepan como actuar.

En una primera aproximación, se estima que el número de loteos irregulares podría elevarse a unos 1.500 casos en el territorio rural de la región del Bío Bío. Así, lo indica Milton Henríquez, secretario ejecutivo de la Asociación Regional de Municipios quien explica que por ejemplo en Florida la situación fue advertida tras los devastadores incendios forestales del verano del 2017.

Lo que se ofrece son parcelas de agrado para el descanso familiar, pero están lejos de serlo. Se han convertido en una pesadilla para quienes han sido engañados y hoy enfrentan incluso órdenes de demolición de casas edificadas sin permiso y que los alcaldes están dispuestos a llevar hasta las últimas consecuencias.