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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Iquique condenó al subinspector de la PDI, J.M.R.E., a 5 años y un día de presidio por apremios ilegítimos y violación contra una mujer colombiana en mayo de 2023. Además, se le aplicaron inhabilitaciones y ordenaron la toma de muestras biológicas.

El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Iquique condenó al subinspector de la PDI, de iniciales J.M.R.E., a la pena de 5 años y un día de presidio efectivo, en calidad de autor de un delito de apremios ilegítimos y violación en contra de una mujer de nacionalidad colombiana, ocurrido en mayo de 2023.

En fallo unánime, el tribunal, además, aplicó al imputado las accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena.

Una vez que el fallo quede ejecutoriado, el tribunal dispuso que se proceda a la toma de muestras biológicas del sentenciado para determinar su huella genética e inclusión en el registro nacional de ADN de condenados, según consignó el Poder Judicial.

“Nadie le iba a creer”

El tribunal dio por acreditado que el 12 de mayo de 2023, la víctima de nacionalidad colombiana se encontraba en calidad de imputada y privada de libertad en el cuartel policial de avenida Salvador Allende N.º 2901, de la ciudad de Iquique, bajo la custodia del subinspector J.M.R.E., quien se encontraba a cargo del turno de guardia en la unidad policial.

En dicho contexto, aproximadamente las 23:35 horas, el policía, abusando de su cargo y funciones, y teniendo prohibido sacar a los detenidos del lugar, sin la compañía de otro funcionario, acudió hasta el calabozo y la condujo a otra dependencia en la que le explicó que la quería ayudar y que tenía que colaborar con él para beneficiarla, una vez reintegrada al sector de calabozos, le indicó que se bañara, para luego trasladarla a una oficina, donde procedió a violarla.

Concretada la agresión, el condenado le dijo a la víctima que se vistiera y le advirtió que no dijera nada “porque nadie le iba a creer”, devolviéndola al sector de los calabozos. Horas más tarde, J.M.R.E. volvió a la celda donde permanecía la víctima y le señaló, nuevamente, que no dijera nada.

Violencia contra la mujer
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