Falta de baños, extensos periodos de tiempo sin comer, alimentos con fecas y camas compartidas, son parte del precario estado de los recintos carcelarios en nuestro país, según reveló un informe del INDH.

Un informe del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) reveló las precariedades que se viven al interior de 44 recintos carcelarios en las regiones de Antofagasta, Atacama, Valparaíso, Metropolitana, Maule, Ñuble y Bio Bío.

Se trata del Quinto Estudio de Condiciones Carcelarias en Chile, del periodo 2019, elaborado en base a entrevistas a reclusos y funcionarios de Gendarmería, dando cuenta de los problemas que se viven al interior de las cárceles.

Entre los principales problemas, se cuentan deficiencias en la higiene, el hacinamiento y los largos ayunos, según consignan La Tercera y EMOL.

Hacinamiento llegó al 106,4%

Respecto a la ocupación, ésta aumentó en cinco puntos respecto del 2018, alcanzando un 106,4%. En ese contexto, las cárceles con mayor hacinamiento son el CDP Taltal con 265,6%, CCP Copiapó con 220,7%, CDP Santiago Sur (ExPenitenciaría) con 203,8% y CDP Petorca con 200%.

El tema de la ocupación incluso ha provocado que no hayan camas suficientes para toda la población penal en al menos 11 cárceles.

Así sucede por ejemplo en Colina II, donde los reclusos deben compartir colchón o simplemente dormir en el suelo. Caso contrario, deben ubicarse con sus colchonetas en los pasillos, baños o en el patio para pasar la noche.

Higiene: sin agua, baño y con plagas

Respecto a la higiene, el informe detalla que en la mitad de las cárceles analizadas, los internos tienen acceso a agua potable sólo algunas horas al día.

Algo similar ocurre con los servicios higiénicos, constatándose que en 23 recintos penitenciarios los internos deben hacer sus necesidades al interior de las celdas en bolsas o baldes.

Y quizá producto de lo anterior, el 11 cárceles se reportaron plagas tanto de insectos, como chinches, pulgas y garrapatas; así como de animales, como roedores y palomas.

Los largos ayunos

Otra de las situaciones observadas, son los extensos periodos de tiempo que hay entre las comidas, contándose lapsos de hasta 20 horas, como es el caso de la cárcel de Valparaíso.

Y es que la mayoría de los reclusos reciben su última alimentación del día a las 17:00 horas, para luego ser encerrados en sus celdas hasta el otro día, a las 08:00 de la mañana, cuando reciben el desayuno.

Pero además, se cuestiona la calidad de la comida, la que en ocasiones deben comer con botellas plásticas, debido a la falta de loza. Aunque vale la pena mencionar que esto sucede por temas de seguridad.

“La calidad de la comida que recibe en su módulo es mala debido a que le ha llegado comida con pelos, plumas y fecas”, señala uno de los testimonios del CDP Santiago 1.