La directora del Centro de Epidemiología y Políticas de Salud de la Universidad del Desarrollo e integrante del Consejo Asesor del Ministerio de Salud, Ximena Aguilera, es clara en su análisis: debe existir una mayor regulación a los viajeros. ¿La razón? Evitar que nuevas variantes del coronavirus, provenientes de Brasil, por ejemplo, ingresen a nuestro país y agraven el avance de la pandemia.

“Han demostrado que pueden reinfectar”, advierte.

En conversación con BioBioChile, la experta analiza el proceso de inoculación, los triunfos y las derrotas de las autoridades sanitarias y qué lecciones se pueden aprender a poco más de un año de la llegada del virus al territorio nacional.

“Hay que seguir fortaleciendo la comunicación de riesgo, lo que es especialmente desafiante cuando ya la gente ve que hay una vacuna y que hay una esperanza de que con eso salgamos absolutamente de todo”, apunta.

La importación

-¿Qué balance hace a un año de la confirmación del primer caso de coronavirus en Chile?

-Primero hay que hacer un análisis global, puesto que esta es una crisis global de la cual Chile es parte. Yo creo que nadie pensaba que en realidad íbamos llegar a un horizonte con una enfermedad emergente con una pandemia con esta magnitud de casos, más de 100 millones de casos, más de 2 millones de muertos. A pesar de todos los años que se ha trabajado en la arquitectura global de respuesta a epidemias, en realidad puso en jaque y demostró que el mundo no estaba preparado para frenar una amenaza de estas características.

Además, los países con mayor nivel de desarrollo y que tenían un mejor nivel de preparación como son Estados Unidos y Europa, entre otros, se constituyeron en ambientes en los cuales se amplificó la transmisión del virus.

Desde el punto de vista nacional, de alguna forma las epidemias y esta pandemia reflejan las debilidades estructurales que tenemos y también sacan a relucir las fortaleces que tienen los países. Desde el punto de vista estructural nuestro, nosotros tenemos una situación de debilidad de la autoridad sanitaria en la preparación que tuvimos y que se realizó en el verano para tratar de contener el ingreso de enfermos fue rápidamente sobrepasada, en un contexto en que la organización tampoco hizo recomendaciones sobre los viajes.

Nosotros recibimos una importación de centenares de casos desde España principalmente y también de Estados Unidos, lo que llevó a una rápida instalación de la pandemia en Chile, sobrepasando las capacidades de contención y ya llegando rápidamente a una transmisión comunitaria. Esto por supuesto que refleja una debilidad que debiéramos tener en vista para reformar el sistema de salud y fortalecer a las autoridades sanitarias en todos sus elementos. Por otra parte salieron a relucir aspectos de fortalezas que fueron positivos como el unir el sistema de salud pública y privado en la respuesta asistencial y que permitió manejar, de una cierta forma más menos adecuada, el tema del acceso a la atención. No sin tener una gran carga de muerte y de enfermedades graves.

Restricciones

-¿En qué aspectos de la gestión de la pandemia el país está al debe?

-Uno de los elementos que hemos ido fortaleciendo paulatinamente y que al principio fue rápidamente sobrepasado por los casos es el tema del testeo, la trazabilidad y el aislamiento y eso hay que seguir insistiendo especialmente en lo que dicen relación con las personas sospechosas de tener nuevas variantes.

Es decir, en el caso de los viajeros hay que ser mucho más estricto en el tema de los aislamientos de los casos. Nosotros hemos insistido todo el año en que esto sea más estricto, en que se usen las residencias sanitarias, en que los casos sospechosos, los casos confirmados estén aislados en una condición más segura y que el hogar no siempre es el lugar más seguro, porque hay mucha transmisión al interior de los hogares.

Hay que seguir fortaleciendo la comunicación de riesgo, lo que es especialmente desafiante cuando ya la gente ve que hay una vacuna y que hay una esperanza de que con eso salgamos absolutamente de todo y también por el largo tiempo en que hemos estado siendo sometidos a distintos tipos de restricción de movimiento. Yo, por ejemplo, vivo en Ñuñoa y este fin de semana no voy a poder salir y eso es agotador, por supuesto. El ideal sería de que la autoridad tuviera un manejo muy claro de esas medidas y que no se dieran mensajes contradictorios, como por ejemplo, abrir los gimnasios y encerrarse el fin de semana. A veces la gente se pierde a veces con eso. Hay mucho que fortalecer en el tema de la comunicación de riesgo y el explicar la racionalidad de las medidas y el cómo es necesario irlas adaptando a las distintas condiciones de transmisión.

En la red asistencial, el tema de la reconversión de camas hay que volver a implementar esa medida, para tener una mayor garantía de acceso a los pacientes graves y reforzar ese tema de la consulta oportuna de los pacientes, el que si hay signos de gravedad los dejen hospitalizados, que no los envíen a la casa, porque ahí se pueden complicar.

Lo último es el tema de la vacunación. Seguir manteniendo una buena estrategia de vacunación, el combatir los rumores. Ojalá que la gente, cuando vamos bajando en edad, mantenga el interés de ser vacunado.

Un tema que a nosotros, como consejo asesor, nos preocupa son todas las medidas para evitar o tratar de disminuir el ingreso de las nuevas variantes y reducir su posible instalación o difusión, lo que es muy difícil. Por eso hay que ser más estricto en el tema del aislamiento, idealmente tener medidas de viajeros más estrictas con los lugares donde están estás variantes. Tratando de retardar lo más posible las sepas predominantes.

“Pandemia sobre pandemia”

-Considerando esto, ¿debieran suspenderse los vuelos internacionales?

-No es el cierre total, es recomendar que se eviten los viajes no esenciales a lugares riesgosos. Por ejemplo, en el caso nuestro, Brasil, que tiene estas variantes nuevas que han demostrado que pueden reinfectar.

Entonces el evitar viajes no esenciales a lugares donde están circulando estas variantes, para nosotros sería importante así como reducir los aforos de los aviones. Los aviones, algunos vienen llenos y eso hace difícil para la autoridad sanitaria hacer el seguimiento de todas las personas, porque evidentemente nadie tiene una capacidad infinita y eso ocurre en todos los países.

Por eso, muchos países han repuesto algún nivel de restricción de viajes y de seguimientos más estrictos en los viajeros, incluso algunos exigen cuarentenas pagadas a los mismos pasajeros al ingreso a los países, tratando de contener estas como ‘pandemias sobre pandemias’ con estas nuevas variantes.

-La pandemia se ha manifestado de manera heterogénea en nuestro país, pero… ¿Qué análisis se puede hacer para explicar en qué estamos actualmente?

-Tú tienes razón, la situación es heterogénea, el país es un país muy largo que tiene situaciones geográficas bien distintas. A pesar de que en superficie no somos los más grandes en Sudamérica, pero en distancia, por ejemplo entre Arica y Punta Arenas, es como ir de Madrid a Moscú. A veces eso no se tiene tan en mente cuando la gente piensa en las medidas.

Entonces efectivamente la dinámica de la transmisión es heterogénea, va afectando en distinta forma a las distintas regiones, pero en este momento, lo que se está observando es un repunte de casos en las tres regiones más pobladas, lo que es una situación de riesgo y en paralelo vamos avanzando en las vacunas y esperando tener prontamente un efecto de protección de las vacunas en los grupos de riesgo, lo que significaría una disminución en la curva de hospitalizaciones y después en la curva de defunciones.

Faltan todavía algunas semanas para verlo y sin embargo ese efecto no se va a ver en los casos hasta que no haya una cobertura mayor de población vacunada en la gente joven, que es la que más transmite la enfermedad.

Entonces estamos en una situación en que todos los cambios, el hecho de que vamos hacia el otoño, que la gente vuelve de vacaciones, que hemos abierto algunas situaciones que implican una mayor movilidad, por lo tanto mayor probabilidad en tasa de contactos y de riesgo, tienden a llevar la transmisión hacia arriba y al mismo tiempo vamos en una carrera por vacunar a la gente rápido de manera de tratar de que si bien se pueden mantener o subir el número de casos, no influya el número de hospitalizaciones.

Ese es el desafío en el cual estamos, por eso es muy importante que la gente mantenga las conductas de prevención, porque todavía no vamos a impactar en la transmisión con las vacunas.

Santiago, Concepción y Valparaíso.

-Más allá de hablar de segunda o tercera ola, actualmente se ve que hubo un aumento desde diciembre y prácticamente se ha mantenido, aunque menor a la primera ola. ¿Cómo se puede denominar lo que estamos viviendo?

-Lo que pasa es que lo que uno ve a nivel nacional es la situación promedio que refleja lo que pasa en las distintas regiones, por eso tiene formas distintas. Claro, el peak de junio demuestra lo que pasó en la región Metropolitana. Después el de fin de año, la Metropolitana se manejó bien, en el sentido de que toda la región pasó a Fase 2 un tiempo largo, después el hecho de que la gente saliera (de vacaciones) también puede haber significado una disminución en la transmisión en la misma región Metropolitana.

La región Metropolitana estuvo sometida a medidas bien estrictas el fin de año y eso puede estar asociado a que no prendió mayormente esa segunda ola allí, pero sí, ahora vamos hacia un tercer repunte en la región Metropolitana que lo ideal sería que se logre abortar y no suba tanto.

En otros países lo que se ha visto es que han habido estas olas, cuando uno piensa que vamos al otoño es el momento en el que podría levantarse más la transmisión, entonces por eso es preocupante, por eso es que el sistema asistencial se está preparando, por eso es que el ministro en sus intervenciones pide que la gente tome las medidas que vuelvan a tener una disciplina de prevención más estricta, porque es el momento más preocupante, porque puede subir mucho más.

En las otras regiones ha tenido distinta dinámica. Si uno ve, por ejemplo, Bío Bío cuando Santiago tuvo una primera ola, ellos no tuvieron una primera ola tan grande, sino que se desplazó y después ha tenido como una montaña que iba subiendo. Hay regiones que tuvieron una primera ola clarita como las del norte y otras en el sur como que se fue desplazando hacia al final del año y ahí recién tuvieron una gran primera ola, entonces ha sido distinto. En cambio en Magallanes, que ha sido el extremo, en realidad uno ha visto como tres olas de transmisión.

Entonces la curva nacional, en el fondo lo que demuestra es el promedio y en ese promedio pesan mucho las regiones con más población o aquellas que están muy prendidas con muchos casos que ha sido la situación de Punta Arenas en algún momento, pero poblacionalmente en Chile lo que pesa es Santiago, Concepción y Valparaíso.