Tras el anuncio de la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP) de que a partir de este jueves, y por octava semana consecutiva, subirá el precio de las bencinas, el diputado del movimiento UNIR, Marcelo Díaz, afirmó esta mañana que es el momento de llevar a “una discusión final y resolutiva” —tanto en el Parlamento como en el Ejecutivo— la permanencia del actual impuesto específico a los combustibles que rige desde 1985 con el objetivo de financiar la reconstrucción del terremoto que afectó ese año a la zona central de Chile, con epicentro en San Antonio.

Díaz señaló que se trata de un tema de larga data, que se viene discutiendo cada cierto tiempo por el impacto que tiene en las familias chilenas. “Es una medida anacrónica que debe ser evaluada con urgencia. Ese impuesto se creó en dictadura para enfrentar una tragedia. Llevamos más de tres década de ocurrido ese terremoto, han pasado otros más, y aún persiste. Es el momento de sentarnos a discutir en serio el destino de este impuesto específico, pues hoy el país se enfrenta a un ‘terremoto’ mucho peor, como es esta pandemia del coronavirus”, aseveró.

Agregó que “es incomprensible que mientras miles y miles de familias chilenas sufren por los embates de la COVID-19, en especial en materia económica, el precio de los combustibles suban por octava semana consecutiva. Este incremento no solo afecta a quienes deben trasladar en sus vehículos, sino a toda la ciudadanía porque el alza determina la subida de precios de los alimentos, del transporte público… de todo, en general”.

Sistema actual

El impuesto específico a los combustibles fue instaurado en 1985 con el objetivo de financiar la reconstrucción después del terremoto de ese año.

La tasa de este tributo es de 1,5 UTM por metro cúbico para el petróleo diésel y de 6 UTM por metro cúbico para la gasolina automotriz.