El plazo límite era el miércoles 30 de septiembre hasta las 17:00 horas. Poco rato antes, a partir de las 16:00 horas, comenzaron a llegar los presidentes de los partidos a inscribir sus pactos de cara a las primarias alcaldes, concejales, gobernadores y consejeros regionales.

Pero los días previos a la definición estuvieron llenos de tensión y de cambios de último momento, los que terminaron por redibujar el mapa político de cara a las próximas elecciones de abril.

Por una parte, inesperadamente, Chile Vamos logró dar señales de unidad y lograron un pacto entre la UDI, RN, Evópoli y el PRI, pese a que en los últimos meses se habían enfrentado por una seguidilla de desavenencias, en las que incluso confrontaron a su propio Gobierno, poniendo en riesgo la continuidad de la coalición, así como también a nivel interno, tal como ocurre -particularmente- con el caso de RN.

Con todo, lograron ponerse de acuerdo para ir a primarias en Vitacura, el principal nudo de toda la negociación, donde competirán Camila Merino (Evópoli), exministra del Trabajo y hasta hace unos días alta ejecutiva del negocio forestal de Arauco; Pablo Zalaquett (UDI), exalcalde de Santiago y La Florida; y Max del Real (RN), concejal de la comuna, ungido por el actual jefe comunal, Raul Torrealba (RN), para sucederlo en el cargo.

En la vereda de enfrente, en tanto, hasta el último momento hubo negociaciones para un “matrimonio” entre la centroizquierda -principalmente la exConcertación- y el Frente Amplio. El fin de semana estos últimos anunciaron públicamente que se restaban de la opción de un pacto, pero el lunes deslizaron la opción de retractarse en la medida que se cumplieran condiciones “mínimas”.

Así que estuvieron negociando hasta el mismo miércoles, en la sede del Partido Socialista en pleno centro de Santiago, donde también estaba presente el PPD y varios bloques más de oposición. En la hora decisiva, el Frente Amplio decidió caminar por su cuenta y enfiló hacia la sede del Servel, a sólo unas cuadras.

El propio presidente del PPD, Heraldo Muñoz, relató la escena: “En el final de la negociación, antes que llegara la hora de ir al Servel, nos encontramos con la sorpresa que en la última reunión con los presidentes de partido no había ninguno del Frente Amplio (…) y nosotros estábamos ahí, dejados como un novio, una novia, a pocos metros del altar”.

No obstante, no fue la única sorpresa ni a los únicos que dejaron abandonados a último momento. La exConcertación quedó sin pactar con el Frente Amplio y finalmente aglutinó sólo a una sector de la centroizquierda, al que llamaron Unidad Constituyente.

Y en ese grupo aparecieron un par de invitados sorpresa. O no tanto, ya que se trata del “retorno” de algunos descolgados y viejos conocidos, por lo que se formó una especie de “nueva” Concertación.

Por un lado, Ciudadanos, fundado por el exministro de Hacienda Andrés Velasco, movimiento que venía desde hace meses coqueteando con la DC.

Por otro, el PRO de Marco Enríquez-Ominami, que en su momento absorbió también al PAÍS de Alejandro Navarro, y realizó una movida de último minuto para pactar también con sus viejos conocidos de la exconcertación y particularmente con los radicales.

Y en el mismo acto abandonaron al Partido Comunista y la Federación Regionalista Verde Social -quienes no realizarán primarias- y fueron dejados “sin avisar”. Al menos así lo acusó el diputado de la FRVS, Jaime Mulet: “Hasta las 4 de la tarde el PRO estaba junto al resto de Unidad para el Cambio lamentando que no habría primarias”, para luego “terminar con un partido de derecha como Ciudadanos es un retroceso y pone la situación absolutamente difícil, es incómodo”. Un escenario que replantea de ahora en adelante la estrecha relación que habían forjado en el último tiempo el PRO y el PC, sumado a la necesidad que tiene el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, de aglutinar a la oposición, si es que quiere concretar sus aspiraciones presidenciales.

Por su parte, el Frente Amplio inscribió también su propio pacto en todas las categorías: alcaldes, concejales, cores y gobernadores. Al igual que Chile Vamos, el bloque terminó agrupando exclusivamente a los integrantes de su conglomerado, que a la fecha son Revolución Democrática, Convergencia Social, Comunes, Partido Liberal, Fuerza Común y UNIR.

Juntos, pero no revueltos

Al margen, lo cierto es que Unidad Constituyente registró una particularidad respecto a los demás pactos inscritos. No inscribieron primarias municipales, pues sólo lo hicieron para consejeros y gobernadores regionales. E irónicamente fueron unidos sólo para zanjar a estos últimos.

En tanto, para definir los candidatos al Core, definieron 3 grupos: Pactos Unidad Constituyente, con el PS, PPD e independientes; Pacto Democracia Cristiana, con la DC, Ciudadanos e Independientes; y Pacto Cambio Radical Progresista, con el PR, PRO e independientes. En definitiva, optaron por ir juntos, pero no revueltos.

El pacto ecologista

Así las cosas, con una derecha cohesionada en el poder y con tres oposiciones, al margen de esos pactos quedaron el Partido Igualdad, Partido Pirata; Partido Humanista, encabezados por la diputada Pamela Jiles; y el Partido Ecologista Verde, liderado por el diputado Félix González, quienes abandonaron el Frente Amplio el año pasado.

Aunque no por eso van a quedar fuera de las primarias. Al menos este último. Fuera del ojo mediático, fueron los primeros en inscribir su pacto el viernes 25 de septiembre ante el Servel. “Vamos a conformar una lista propia, con personas independientes, para las primarias de gobernadores y de alcaldes (además de cores y concejales). Porque hay mucha gente que no va a votar por la derecha, pero tampoco va a votar por la Concertación y el Frente Amplio, porque estas dos coaliciones gustan de llegar a acuerdos con la derecha. Y cuando se llega a acuerdos con la derecha, es la derecha la que gana”, aseguró Félix González tras inscribir su lista.