La Justicia rechazó un recurso de amparo interpuesto por Rafael Garay contra Gendarmería, con el cual buscaba el beneficio de salida dominical desde el anexo Capitán Yaber.

En su recurso, acusó que Gendarmería ha negado el beneficio a Garay “reiterada e injustificadamente”, asegurando cumplir todos los requisitos desde el 20 de mayo de 2019. Hasta el momento, ha postulado 6 veces.

Garay cumple una condena de 7 años, como autor de delitos reiterados de estafa, tras haber reconocido los delitos que le imputaron y que las utilidades generadas con su empresa de asesorías Think & Co eran ficticias.

Junto con esto, el autodenominado economista debió pagar de manera individualizada varias compensaciones que van de los $10 millones a los $137 millones, por concepto de daño moral emergente. En total esta cifra supera los 875 millones de pesos.

El tribunal de primera instancia sólo aceptó como atenuantes su irreprochable conducta anterior y colaboración al momento de fijar la pena en siete años, descartando la reparación del mal causado.

El período de Garay en prisión está estipulado para terminar el 20 de noviembre de 2023.

29 víctimas y 1.300 millones

Rafael Garay fue declarado culpable de cometer estafa en contra de 29 víctimas entre agosto de 2011 y julio de 2016, logrando apropiarse de un monto cercano a los 1.300 millones de pesos a través de una empresa llamada Think & Co. Se aprovechaba de su constante aparición en medios de comunicación, la imagen que proyectaba y sus títulos.

En detalle, ofrecía un retorno cercano al 18% anual, exigiendo una comisión del 7%.

Sin embargo, durante su declaración, el 10 de septiembre, reconoció haber engañado y que las utilidades de las inversiones eran ficticias, aclarando que sólo operaba en casos de asesorías y consultorías.

“Las utilidades eran ficticias, las cartolas que envié eran ficticias, tomé dinero de algunas personas y las entregué a otras”, aseguró en esa oportunidad.

Si bien Garay se encuentra en prisión preventiva desde marzo de 2017, y se le ha negado rebajar la intensidad de la medida cautelar, su presencia ante la justicia no estuvo exenta de complicaciones.

El penquista había dejado Chile argumentando que se realizaría un tratamiento contra un agresivo cáncer, lo que finalmente fue mentira.

“Dije que estaba enfermo (en un mensaje), lo que era una mentira asquerosa, para encubrir que me iba a suicidar ese día, si hubiera funcionado esta conversación no tendría sentido, porque no existiría”, manifestó.

Una vez que fue detectado, en Rumania, la Fiscalía Centro Norte dictó una orden de captura internacional y se logró extraditar en marzo de 2017, fecha desde la que está recluido en el Anexo Capitán Yáber.

Durante el desarrollo del juicio oral, el ingeniero comercial admitió en más de una oportunidad la comisión de los delitos y aseguró que gastó gran parte en autos de lujo, alcohol y fiestas.