El debate sobre el número de parlamentarios se reactivó en las últimas semanas debido al alto costo que significa para el bolsillo de los chilenos financiar a congresistas que figuran entre los mejores pagados del mundo, incluyendo el pago de dietas, asignaciones y viáticos nacionales e internacionales, cuyo presupuesto del Congreso Nacional para el año 2019 supera los 125.000 millones de pesos.

Y pese a la polémica por el alto costo del Congreso, en el Ejecutivo no hay claridad respecto al itinerario legislativo que tendrá una de las promesas más emblemáticas de la campaña que llevó a Sebastián Piñera de vuelta a La Moneda: reducir el número de parlamentarios.

Hasta el minuto, en el Gobierno no existe ninguna claridad de cuándo se ingresará el proyecto de ley que apunta a reducir a 120 el número de diputados y a 40 la cantidad de senadores. Dicho tópico no fue colocado en la agenda legislativa de 2019, que se resolvió en el Consejo de Gabinete en Quillota el pasado 8 de diciembre.

“¡Eliminemos el Senado! ¡Ahí sí que hay plata!”
- Florcita Alarcón, diputado Partido Humanista.

Incluso el ministro Secretario General de la Presidencia, Gonzalo Blumel, aseguró que este es un tema que se está estudiando. De hecho, no descartó que el proyecto no termine de tramitarse en el actual gobierno, ya que -como sostuvo el propio Blumel- ellos en campaña proyectaron una agenda legislativa pensando en 8 años de gobierno.

“Son proyectos que no son sencillos. Y que cuando el Presidente lo estime conveniente, lo vamos a dar a conocer”, aseguró.

El Senado: la cámara más cara

En el debate sobre el reajuste del Sector Público -que se cerró en 3,5%-, además se resolvió el congelamiento de los 320 sueldos más altos del Estado, incluido el de los propios parlamentarios. Dicha discusión llevó al diputado humanista Florcita Alarcón a fustigar a los democratacristianos Matías Walker y José Miguel Ortiz, por votar a favor de reajustarse la dieta y no permitir que la decisión fuera unánime.

Pero de paso, el parlamentario frenteamplista también planteó otra idea: “¡Eliminemos el Senado! ¡Ahí sí que hay plata!”, señaló durante el debate el pasado jueves.

Cristian Opazo | Agencia UNO
Cristian Opazo | Agencia UNO

Sin duda, es la Cámara más cara de sostener. El presupuesto del Senado supera los 41.000 millones de pesos, lo que implica un gasto para su funcionamiento global superior a los 900 millones de pesos anuales por senador, incluyendo a los tres expresidentes de la República que reciben una dieta similar a la de un legislador de la Cámara Alta.

En tanto, pese a que tiene 3,6 veces más miembros, el presupuesto de la Cámara de Diputados para el año 2019 es de 70.000 millones de pesos, lo que implica un costo de funcionamiento global equivalente a casi 453 millones de pesos anuales por diputado.

¿Se justifica un Congreso bicameral?

Para el diputado socialista Marcelo Schilling, la reducción de parlamentarios también se resuelve eliminando la cámara de senadores, pero no descartó la posibilidad de respaldar una reforma constitucional que venga desde el gobierno para reducir congresistas.

“Hay que preguntarse si se sigue justificando en Chile un Congreso bicameral. De pronto reducir el número de parlamentarios de pronto puede ser útil, dejaríamos de escuchar un montón de sandeces que se escuchan acá, como gente que confunde el Mapudungún con el inglés”, en directa alusión el diputado UDI Ignacio Urrutia, que se burló de su par mapuche Emilia Nuyado (PS), quien comenzó en lengua originaria su interpelación al ministro del Interior, Andrés Chadwick.

En el Frente Amplio, el propio diputado de Revolución Democrática, Giorgio Jackson, salió a respaldar la propuesta de Florcita Alarcón.

Si bien discrepó con Schilling respecto a reducir la representatividad de las fuerzas políticas en el Congreso, se sumó a la idea de un parlamento unicameral. “El tamaño del parlamento, si es que queremos reducirlo, nuestra opción es que sea unicameral. Pero esto de estar reduciendo la representatividad de las fuerzas en el parlamento, al menos a mí, no me parece”, remarcó.

Así, mientras el debate ya se instaló en el Congreso, el Ejecutivo aún no define una postura clara.