Una nueva revista y un canal de televisión dedicados a las mujeres, que aparecen simultáneamente en Afganistán, buscan provocar un cambio de actitud con la esperanza de que los hombres también echen un vistazo, a riesgo de molestar a los extremistas.

Los equipos de estos dos proyectos quieren hacer evolucionar las mentalidades, entreteniendo e informando al tiempo que instruyen a las afganas sobre sus derechos.

Tras su imagen de glamour, parece una apuesta anodina, pero tiene sus riesgos.

Sin la plena participación de las mujeres en la vida pública, este país no podrá avanzar. Estoy seguro de que habrá reacciones, quejas, lo prevemos“, reconoce Sandjar Sohail, responsable del grupo de prensa Hasht, que lanza Gelara con un equipo de mujeres en la veintena.

Este mensual se proclama con orgullo como “la primera revista de moda de Afganistán”.

AFP
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Habla de belleza, cocina, salud, famosos, pero también de arte, literatura, y busca hacer pedagogía, escribiendo por ejemplo acerca de la ley sobre la familia, atascada en el parlamento afgano desde 2008.

La ley actual es injusta: una vez casadas, las mujeres no tienen ningún derecho. Tenemos que presionar para que haya igualdad”, insiste la redactora jefa, Fatana Hassanazada, que con 24 años dirige un equipo de 14 jóvenes reporteras.

Para su primera portada, Gelara elegió a una cantante, Mozhdá Yamalzadá, que posa con la cabeza descubierta y mirando fijamente a la cámara. En sus páginas, esta artista, muy criticada por llevar un traje de escena considerado demasiado ceñido, defiende su decisión.

– ‘A vida o muerte’ –

“Siempre hay un riesgo, cuando se combate el conservadurismo y el extremismo. Es una lucha a vida o muerte. Pero tenemos que ganar, si no los conservadores nos echarán atrás”, dice Sandjar Sohail, que dirige también el primer diario de información del país, 8-Subh (8 horas).

Y cuando una publicación entra en una casa, todo el mundo la lee“, afirma, con la esperanza de que los hombre ojeen también Gelara.

Algunas cabezas descubiertas, poquísimos brazos y piernas desnudas… nada de escotes.

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Gelara no quiere provocar, como tampoco busca hacerlo “TV Zan”, “la televisión de las mujeres”, que debe comenzar sus emisiones próximamente.

En una gran casa de Kabul, los estudios están listos: decorado rosa para la información, azul para los talk-shows, sofá rojo sobre fondo verde para los programas políticos.

Las mujeres aparecen ya en las televisiones de Afganistán y presentan regularmente los informativos, pero en TV Zan tendrán todo el poder.

Mehria Afzal, de 25 años, jefa del servicio político, aspira a ser “la voz de las mujeres afganas”.

“En las provincias”, es decir fuera de Kabul, “las muchachas se canjean por animales, está prohibido pero ellas no conocen sus derechos. Yo quiero hablar de eso”, afirma.

“Es la primera vez que se lanza una televisión que trata la causa de las mujeres afganas. Vamos a cubrir todos los temas, permitir a las mujeres que se expresen, ya sea sobre política o religión”, explica Malalai Zikria, consejera editorial del canal.

Violación, acoso, contracepción, o la muy delicada cuestión de la virginidad. “Temas tabús, seguro que tendremos”, afirma.

Pero las presentadoras cubriran sus cabezas con pañuelos: “Estamos en un país islámico, hay que respetar las leyes. Se puede llevar el velo y luchar por sus derechos”, asegura.

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