La madurez no se alcanza a una edad determinada, sino que es más bien una mezcla de tu experiencia de vida, personalidad, y las lecciones aprendidas.

Eso bien los saben todas aquellas mujeres y hombres que hoy son muchos más felices, luego de haber crecido emocionalmente y alcanzado la paz consigo mismos.

Las blogueras Chelsea Fagan de Thought Catalog y Chelsey Nicole de Bolde, además de la psicóloga Julie Hanks, tienen su propia visión de lo que es una mujer madura y te lo contamos a continuación.

Ojo, que muchas de estas características también se pueden aplicar a los hombres. ¿Con cuántas te identificas?

1. Sales con hombres (o mujeres, si lo prefieres) maduros emocionalmente

Una buena señal de que has madurado es que ya no estás dispuesta a salir con gente inmadura, que te haga sufrir y te manipule. “Porque simplemente no tienes tiempo para jueguitos o para cambiar tu personalidad para impresionar a otra persona”, dice Fagan. Sabes cómo son las relaciones tortuosas emocionalmente, porque probablemente pasaste por alguna, y te diste cuenta que ya no es lo quieres en tu vida.

Buscas a alguien que respete tu individualidad, así como tú también estás dispuesta a respetar la suya.

2. No temes usar la ropa que realmente te gusta

“Sabes el tipo de ropa que te gusta, y la usas porque te hace sentir bien. Tal vez tienes que vestirte de cierta manera para el trabajo, pero cuando se trata de tu estilo personal, disfrutas de lo que te gusta y no ofreces disculpas por ello”, señala Fagan.

Ya no andas preocupada de seguir modas ni te limitas de usar algo por temer lo que opine el resto. Mientres te contente a ti misma, está todo bien.

Además, tal como dice Nicole, si bien tu apariencia es importante para ti, es más importante cómo te sientes. Tienes confianza por lo que hay dentro, no por fuera.

3. Las otras mujeres no son tus enemigas

Ya no va contigo la postura de la rivalidad femenina ni te identificas con eso de que “no me llevo bien con otras mujeres”. Para ti es algo simplemente absurdo porque “otras mujeres” es una categoría tan amplia que simplemente no tiene sentido. Eres capaz de reconocer que hay otras chicas geniales también.

“No ves a otras mujeres como una competencia feroz, las ves como amigas potenciales hasta que se demuestre lo contrario”, señala Chelsea.

Mitya Ku (CC) Flickr
Mitya Ku (CC) Flickr

4. No temes disculparte y reconoces tus errores

“Sabes lo que significa decir que te arrepientes de algo sinceramente, y no vas a dejar que tu orgullo se interponga en el camino de reparar las cosas con alguien”, añade la bloguera.

Culpar a los demás es algo que no va contigo, eres consciente de que no eres perfecta, tienes capacidad de autocrítica y puedes decir “lo siento, me equivoqué” cuando es necesario.

5. No juegas con los sentimientos de otras personas

Te comunicas abierta y continuamente, y no tratas de esconder cómo te sientes ni te mantienes distante, ya sea con amigos o parejas. Eres honesta, porque esperas honestidad.

6. No echas abajo a otras personas para tú sentirte mejor

Si bien puedes criticar de vez en cuando, no intentas echar abajo a otros para sentirte mejor. “Eliges enfatizar lo que te gusta, en vez de denigrar lo que no te gusta, porque quieres cultivar un espíritu positivo”, indica.

7. Cuidas y abrazas tu cuerpo

“Es posible que no estés 100% cómoda con tu apariencia, pero permaneces en constante conexión con tu cuerpo y haces todo lo posible para tratarlo bien”, afirma Fagan.

Quieres tu cuerpo con sus defectos, y te preocupas por alimentarlo bien y cuidarlo. Más allá de la apariencia, te preocupas por tu bienestar general y te das cuenta de que la actividad física es necesaria.

8. Das lo mejor de ti en tu trabajo

“En cualquier trabajo que estés haciendo, das lo mejor de ti y no andas con excusas. Incluso los trabajos temporales merecen su mejor esfuerzo. Estar en buen trabajo y demostrar el compromiso es importante para ti, incluso si no será para siempre”, opina la bloguera.

“Te has dado cuenta de tus habilidades y fortalezas y sabes cómo usarlas. A pesar de que puedes no estar exactamente donde quieres estar, has hecho notables avances para llegar allí”, dice Casey Cavanagh, columnista de Elite Daily.

9. Tratas bien a tus padres

“Cuando se trata de la gente que te crió, entiendes que una simple llamada telefónica o ‘gracias’ es una cosa invaluable, y haces todo lo posible para asegurarte de que estás pensando en ellos, y aprecias todo lo que hacen por ti”, dice Fagan.

10. Te alegras por los logros de los demás

“Hacer a otras personas felices es una gran parte de lo que te hace feliz, y ver a otras personas lograr las cosas que quieren en la vida te hace querer celebrar. Todo el mundo experimenta celos, pero trabajas activamente en no dejar que se salgan de control”, señala Fagan.

En esta misma línea, no temes dar una felicitación o cumplido sincero cuando alguien logra algo o simplemente se ve bien, de hecho te gusta hacerlo.

My Photo Journeys cc Flickr
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11. Ya no te importa encajar en ciertos moldes

Dejaron de preocuparte las críticas y juicios por no encajar en ciertos moldes sociales. Vives tu vida cómo mejor crees y no andas preocupada por las etiquetas, ni por agradar a todo el mundo. Eres feliz con quien eres y si algunos no les gusta, no es tu problema.

12. Tomas tus propias decisiones

No siempre es fácil, pero sabes decidir por ti misma. “Ya no dejas que otra persona tome tus decisiones. Después de todo, tú sabes lo que es mejor para ti”, señala Nicole.

Aunque consideras las opiniones de los demás cuando tomas decisiones, en última instancia sabes que tienes la última palabra en tu vida. Sientes que estás en el asiento del conductor y que tienes algún control sobre la dirección y el curso de tu vida, señala la psicóloga Julie Hanks.

13. No temes dar tu opinión o decir lo que realmente piensas.

Si algo te molesta o tienes una opinión diferente no temes expresarla, respetuosamente. La vida te enseñó que es mejor enfrentar las cosas, en lugar de guardar resentimiento en silencio o chismosear.

Según Hanks, una persona madura tiene una conciencia general de su mundo interno – sus pensamientos y sus sentimientos – y puede expresarlos directamente a los demás en las relaciones.

14. Tratas bien a la gente y la juzgas únicamente por su carácter o comportamiento

No andas por la vida tirando mala onda por doquier, eres respetuosa con las demás personas. En el fondo tratas a la gente como quieres que te traten.

Y las opiniones que te formas de la gente se basan exclusivamente en su actuar, no en su apariencia o prejuicios.

15. Te alejas de las personas tóxicas

Eres capaz de reconocer cuando la gente no merece tu tiempo. Tienes amigos que te conocen y ya no sientes la necesidad de rodearte de gente que no te suma.

Has llegado a un punto en tu vida donde estás empezando a darte cuenta de que el ser humano es una especie bastante incompleta y encontrar gente con la que puedes contar es difícil. Las personas a las que no les agradas simplemente hacen que el proceso de eliminación de lo que no te aporta sea más fácil, dice Cavanagh.

16. Dejaste de quejarte constantemente

Los problemas son inevitables y todos nos quejamos de vez en cuando, pero cuando maduras la queja ya deja de ser una constante. Ya no te quejas reiterativamente por tu trabajo, tus deudas, tu relación, tus colegas, tu familia, tus amigos, el clima. Te enfocas más en resolver las cosas que no te gustan tanto, en lugar de simplemente quejarte y esparcir negatividad por doquier.

“La mejor gente es la que sabe cómo mantener las quejas al mínimo, se hacen cargo de sus vidas y encuentran maneras productivas de aprovechar su tiempo”, comenta Cavanagh.

También llegas a aceptar el hecho de que hay cosas que están fuera de tu control, que cometerás errores y que vas a fallar, pero al final podrás levantarte y volver a la pista.

17. Disfrutas de estar sola y de estar acompañada

La psicóloga Hanks dice que una mujer madura es capaz de disfrutar de su propia compañía y no le asusta pasar tiempo sola. “Del mismo modo, también puede disfrutar de ser social, pasar tiempo con otros, y están dispuestas a iniciar en situaciones sociales”, indica.

Rory MacLeod CC Flickr
Rory MacLeod CC Flickr

Signos de inmadurez

Por otro lado, la psicóloga Susan Heitler, escribió una columna en el portal especializado Psychology Today, donde indica algunos signos de que eres un adulto inmaduro.

Escaladas emocionales

Los niños pequeños a menudo lloran, se enojan, son petulantes y hacen berrinches cuando las cosas no son como ellos quieren. Una persona adulta inmadura, hace lo mismo.

Culpan a los demás

Cuando las cosas van mal, la gente inmadura busca culpar a alguien. Los adultos reconocen el error y buscan arreglar el problema.

Mienten

Cuando hay una situación que es incómoda, los inmaduros pueden mentir para mantenerse fuera de los problemas. Los adultos se ocupan de la realidad, hablando con la verdad.

Etiquetan a los demás

Una persona madura no ataca los rasgos personales de otros, ellos atacan los problemas. Ellos no creen que la persona es estúpida, sino que lo que hizo fue estúpido.

No controlan sus impulsos

Las personas inmaduras actúan impulsivamente cuando se sienten heridas. Hablan imprudentemente o toman acciones impulsivas sin detenerse a pensar en las posibles consecuencias.

Los adultos hacen una pausa, resisten el impulso de disparar palabras o acciones hirientes. Se calman. Luego piensan en el problema, buscando más información y analizando opciones.

Necesitan ser el centro de atención y son narcisistas

La gente inmadura necesita llamar la atención a como dé lugar y se desespera cuando siente que no lo es. Creen merecer todo sin esforzarse o ganárselo.

No aprenden de sus errores

Cuando los adultos emocionalmente maduros “pierden la calma” y expresan la ira de manera inapropiada, luego se dan cuenta de que su comportamiento fue errado. Pueden ver con retrospectiva que su comportamiento estaba fuera de línea con su sistema de valores.

La gente inmadura no ha interiorizado las pautas de conducta respetuosa hacia los demás, o no han desarrollado la capacidad de observar sus comportamientos para determinar lo que está en línea y lo que está fuera de línea, ven su ira como normal y culpan a los otros. Por lo mismo, repiten sus errores una y otra vez.