El Vaticano anunció este lunes el programa del viaje del papa Francisco a Irak, del 5 al 8 de marzo, en el que mantendrá varios encuentros interreligiosos, como la reunión con la máxima autoridad religiosa chií de Irak, el ayatolá Ali al Sistani, y celebrará un acto por las víctimas de todas las guerras que han asolado el país.

A su llegada a Irak, en su primer viaje después de más de un año debido a la pandemia, Francisco se reunirá con el primer ministro, Mustafa al Kazemi, quien le recibirá en el aeropuerto de Bagdad, y posteriormente acudirá al palacio presidencial para una visita de cortesía al presidente, Barham Saleh.

Tras los encuentros oficiales, Francisco se reunirá con los religiosos en Irak en la catedral siro-católica de Nuestra Señora de la Salvación en Bagdad.

El sábado 6 de marzo, el papa visitará Nayaf (sur), ciudad santa de los chiíes, donde se reunirá con el ayatolá Ali al Sistani, en un encuentro considerado muy importante en el diálogo con el Islam, pues Francisco ya había tenido ocasión de encontrarse con el gran imán Ahmed al Tayeb, jeque de Al Azhar, la institución más importante suní, la otra rama del Islam.

Después viajará a Nasiriya (Irak) para celebrará un encuentro religioso en la llanura de Ur, ligada a la historia del cristianismo y del profeta Abraham, y a su vuelta a Bagdad celebrará una misa en la catedral caldea de San José.

El día siguiente, el pontífice argentino visitará la llanura de Ninive, el lugar donde se concentran los cristianos de Irak con diferentes actos en Erbil, Mosul y Qaraqosh.

En Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, será recibido por las autoridades locales, antes de desplazarse a Mosul, la que fuera capital en Irak del autoproclamado califato del Estado Islámico (EI) y donde los efectos de la guerra contra este grupo terrorista son más patentes.

En Hosh al Bieaa (Plaza de la Iglesia) de Mosul celebrará una oración por las víctimas de las guerras y en la cristiana Qaraqosh visitará la Iglesia de la Inmaculada concepción, destruida durante la invasión del EI en 2014.

En el estadio “Franso Hariri” de Erbil, el pontífice oficiará una significativa misa para homenajear a los pocos cristianos, cerca de 350 mil, que han quedado en el país tras la brutal persecución sufrida a manos del EI y su éxodo.