La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, consideró este lunes que el llamado acuerdo de Windsor permite "abrir un nuevo capítulo" en la relación entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE).

El primer ministro británico, Rishi Sunak, anunció hoy que el Reino Unido y la Unión Europea (UE) han alcanzado un acuerdo para reformar el Protocolo de Irlanda del Norte incluido en el tratado del Brexit.

El acuerdo culmina las negociaciones de hoy entre el primer ministro británico y la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen.

Lo anterior ocurrió en la localidad de Windsor (al este de Londres), según informó una fuente oficial del Ejecutivo del Reino Unido a medios británicos.

“Me complace informar de que hemos hecho un avance decisivo. Hemos cambiado el protocolo y ahora anunciamos el acuerdo marco de Windsor”, señaló en una rueda de prensa Ursula von der Leyen.

“Este acuerdo marco nos permite abrir un nuevo capítulo de nuestra asociación y conseguir soluciones que responden a las preocupaciones de los norirlandeses”, añadió.

Tras haber informado a su gabinete de los términos del acuerdo, Sunak comparecerá ante la Cámara de los Comunes (Baja) del Parlamento británico para ofrecer detalles y enfrentarse a las preguntas de los diputados.

Se desconoce todavía si el pacto será sometido a votación en el Parlamento, algo que ha sido reclamado por muchos parlamentarios de Sunak.

Fin a las negociaciones del Reino Unido y la UE

Tras cerrar las negociaciones con Von der Leyen, el primer ministro afronta el desafío de convencer a los pro-Brexit de su partido y al Partido Democrático Unionista (DUP).

Las últimas señales apuntan a que Sunak puede contar con el respaldo de algunas de las voces más cualificadas de los “tories” euroescépticos.

Ejemplo de esto es el secretario de Estado para Irlanda del Norte, Steve Baker, y el ex primer ministro Boris Johnson, quien aún no se han pronunciado.

En virtud del actual protocolo, Irlanda del Norte queda dentro del mercado interior comunitario y británico.

Es por esto que los controles al comercio entre el Reino Unido y la UE se efectúan entre la isla de Gran Bretaña y la de Irlanda.

Esto evita levantar una frontera física entre las dos Irlandas y permite no perjudicar el acuerdo de paz del Viernes Santo, de 1998.

Esa frontera comercial, situada en el mar de Irlanda, ha creado también problemas políticos entre los unionistas, pues consideran que daña su relación con el resto del Reino Unido.