Se trata de un caso que tiene a la opinión pública, más allá de las fronteras estadounidenses, preguntándose ¿cómo puede infligirse tanto dolor a un ser humano? y más, tratándose de uno tan indefenso.
Jazmine nació a las 29 semanas en mayo de 2018, en el Pearland Memorial Hospital de Texas. Al menos dos meses debió permanecer en incubadora, para garantizarle la vida a la hora de ser entregada a sus padres. Nada de eso ocurrió. A las dos semanas de salir del aparato que le proporcionó estabilidad, por ser prematura, las investigaciones aseguran que su padre, Jason Robin, se la quitó de varios golpes.
La bisabuela materna de Jazmine supo que algo andaba mal cuando Katherine White, madre de la niña, informó a la familia que debieron regresar al centro de salud. No imaginaban lo ocurrido con la menor de edad y menos que su progenitor era el principal sospechoso de golpearla hasta causarle un daño irreparable, como el que los servicios médicos le habían evitado al nacer antes de tiempo.
“Llamé y le pregunté qué sucedió porque (Katharine White) me dijo que tenía que llevar a la bebé al hospital rápidamente, que tenía convulsiones y que había fallecido”, dijo Virginia White, la bisabuela de Jazmine, según lo consigna abc 12.
Al llegar al hospital, Jason y Katherine dijeron a los médicos que una semana antes debieron dar reanimación cardiopulmonar (RCP) a Jazmine pero decidieron no trasladarla al centro asistencial, pese a que un pediatra declaró que los remitió de inmediato.
Entonces, con una revisión médica en pleno, los especialistas dieron parte a las autoridades. De ahí vino una serie de inconsistencias que los pusieron bajo una investigación, mas no en arresto inmediato.
Se ordenó una autopsia para determinar por qué Jazmine murió. Fue hace algunas semanas que los resultados llegaron con un devastador diagnóstico: “fractura de cráneo, nueve contusiones en el torso, costillas rotas y diversos traumas en los brazos y piernas. En total, tuvo 96 fracturas, incluidas 71 fracturas de costillas y 23 fracturas de huesos largos”.
Jason está en prisión por el delito de asesinato, y Katherine, acusada de lesiones a un niño por omisión.
Virginia White, bisabuela de Katherine, se mostró indispuesta a defender a su bisnieta, como ella no lo hizo con su bebé prematura, dejando que su padre la golpeara, todo por que la niña no quiso tomar su biberón. Eso dice la investigación.
“No importa quién sea. Debe ser considerado responsable de la vida de la niña. No me importa si eres mi hija o mi hijo. Si lo hiciste, tienes que ponerte las braguitas y asumir la responsabilidad”, sentenció la adulta mayor.
El matrimonio, a la espera del juicio en su contra, tiene dos hijos más que han pasado a custodia de sus familiares.
