Estados Unidos, el principal patrocinador militar de Taiwán, está aconsejando a Taipéi que compre armamento diseñado para asegurar movilidad y precisión, a fin de luchar contra una eventual invasión marítima de China.

China está realizando esta semana sus mayores ejercicios militares en décadas frente a las costas de Taiwán, en respuesta a la visita de la delegación del Congreso estadounidense de más alto rango a la isla en 25 años.

El viaje, encabezado por la presidenta de la Cámara de Representantes de EE. UU., Nancy Pelosi, ha sido criticado por algunos como un gesto arriesgado y simbólico, cuando, en realidad, lo que verdaderamente se necesitaría de Washington es más trabajo entre bastidores para reforzar las capacidades de defensa de Taiwán, de cara a la creciente agresividad de China.

“Deberíamos centrar nuestra relación bilateral con Taiwán en acciones de bajo perfil pero de gran impacto, que fortalezcan las defensas de Taiwán. La visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos está cerca del extremo opuesto del espectro”, dijo Kharis Templeman, un experto en Taiwán del Instituto Hoover de la Universidad de Stanford, en entrevista con Deutsche Welle.

La presencia de avanzada la Marina de EE. UU. en el Pacífico y el Mar de China Meridional sirve como principal elemento disuasorio para China en la región. De hecho, fomentar la red de alianzas de EE.UU. en la región del Indo-Pacífico fue el motivo declarado del viaje de Pelosi. Esto también implica integrar a países europeos como Francia y el Reino Unido a participar en las llamadas maniobras de libertad de navegación en aguas internacionales que China reclama como su territorio.

Haciendo de Taiwán un “puercoespín”

Desde 2019, Taiwán ha pedido equipos militares estadounidenses por valor de al menos 17.000 millones de dólares, según Defense News. Esto incluye un pedido, por 8 mil millones de dólares, de 66 aviones de combate F-16 durante el período del expresidente Donald Trump, uno de los encargos individuales más grandes de la historia.

A pesar del apoyo de EE. UU. y de un mayor gasto en defensa, Taiwán aún no puede equiparar la modernización militar que ha realizado China durante décadas. Este desajuste está empujando a Taiwán hacia la construcción de su capacidad de “guerra asimétrica”, también llamada “estrategia puercoespín”.

Esa estrategia implica el uso de armas más pequeñas, pero altamente efectivas, para luchar contra una fuerza enemiga mayor. Como los cohetes lanzados desde el hombro para diezmar tanques en Ucrania.

Por eso, Estados Unidos ahora está aconsejando a Taiwán que compre armamento diseñado para la movilidad y la precisión, a fin de luchar contra una eventual invasión marítima de China.

La “ambigüedad” en la defensa de Taiwán

Taiwán aún no recibió todas las armas encargadas, a causa de problemas en la producción y debido a la guerra en Ucrania, y se critica que EE. UU. actúa con demasiada lentitud.

Washington no tiene lazos diplomáticos con la isla, y reconoce sólo a la República Popular China como gobierno, bajo la política de una sola China. A pesar de no reconocer explícitamente la soberanía de Taiwán, Washington continúa proveyendo de armamento a la isla, lo que ha creado una zona gris diplomática y estratégica.

Según la Ley de Relaciones con Taiwán de 1979, EE. UU. mantiene una postura de “ambigüedad estratégica”, lo que significa que no se garantiza la intervención militar directa, pero tampoco se la descarta explícitamente.

Las recientes declaraciones del presidente Joe Biden de que Estados Unidos “defendería” a Taiwán si fuera atacado por China causaron confusión, y obligaron a la Casa Blanca a aclarar que Washington no había cambiado su postura sobre la no intervención.

¿Intervendrá Estados Unidos?

En 1950, poco después de que el Partido Comunista Chino tomara el control de China continental, el general del Ejército estadounidense Douglas MacArthur dijo que Taiwán en “manos de los comunistas” podría compararse con un “portaaviones insumergible” que pondría en peligro los intereses estratégicos estadounidenses en el Pacífico.

Sin embargo, es poco probable que Estados Unidos interfiera esta semana en los que solo llegan a ser ejercicios militares, estimó ante la DW Lev Nachman, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Chengchi, de Taiwán.