El supertifón Mangkhut, el más violento del año, se dirige este domingo hacia las costas meridionales de China, tras haber golpeado el norte de Filipinas dejando al menos ocho muertos y obligando a más de 100.000 personas a abandonar sus hogares.

Mangkhut se encamina hacia una zona densamente poblada situada cerca del territorio semiautónomo de Hong Kong, donde el observatorio meteorológico local pidió cautela a la población.

Después de dejar atrás el territorio filipino, el tifón seguía acompañado de vientos de 145 km/h, con ráfagas de hasta 180 km/h, y podría volverse más potente al pasar por las aguas cálidas del mar de China.

En Hong Kong y en el territorio chino vecino de Macao, las estanterías de las panaderías y los supermercados se vaciaron rápidamente, a medida que los habitantes almacenaban provisiones ante la llegada del tifón.

La compañía aérea de Hong Kong, Cathay Pacific, prevé la cancelación de más de 400 vuelos en los tres próximos días.

Balance provisional

Alrededor de cuatro millones de habitantes se encontraron al paso del destructor tifón en el norte de Luzón, la principal isla del archipiélago filipino.

La magnitud de los daños apareció el sábado a lo largo del día, con el derrumbe de colinas llenas de agua, inundaciones incontrolables que bajaban por las calles y la evacuación de los habitantes de sus casas inundadas.

El número de fallecidos “aumentará probablemente a medida que pasen las horas”, afirmó Ricardo Jalad, jefe de la oficina nacional de Defensa Civil.

Los ocho muertos registrados hasta el momento en Filipinas son seis víctimas de corrimientos de tierra, una joven ahogada y un agente de seguridad que murió aplastado por un muro.

Algo más de 105.000 personas dejaron sus hogares huyendo de las consecuencias meteorológicas del tifón en esta región principalmente rural y agrícola.

Una veintena de tifones golpean cada año el archipiélago filipino, causando centenares de muertos y agravando la pobreza de millones de personas.

“Fin del mundo”

“Entre todos los tifones de este año, este (Mangkhut) es el más fuerte, los vientos que le acompañan son los más violentos”, dijo a la AFP Hiroshi Ishihara, de la agencia meteorológica japonesa.

Los filipinos que viven en las zonas golpeadas por el tifón dicen que vivieron una noche de angustia ante la violencia desencadenada por Mangkhut.

“Daba la impresión de que era el fin del mundo. No pude dormir”, cuenta por teléfono a la AFP Bebeth Saquing, una habitante de Luzón. Su casa sin embargo resistió al ímpetu del viento, explica esta mujer de 64 años.

Haiyan, uno de los tifones más violentos, azotó las islas del centro de Filipinas en noviembre de 2013, con vientos de más de 315 km/h. Inmensas olas similares a las de un tsunami arrasaron entonces todo a su paso. La catástrofe causó mas de 7.350 muertos o desaparecidos, y cuatro millones de personas quedaron privadas de sus viviendas.

En Taiwán, situado a unos cientos de kilómetros de Filipinas y de la trayectoria del tifón, cayeron fuertes lluvias por el efecto de Mangkhut y una mujer fue arrastrada por las olas, indicaron las autoridades.

La presidenta Tsai Ing-wen pidió prudencia a los habitantes: “el tifón es potente y aunque no deberá golpear Taiwán, debemos estar preparados y no tomarlo a la ligera”.