Colombia rechazó este lunes la pena de muerte que se impondrá “en las próximas horas” a un colombiano detenido en China por traficar droga, aunque reconoció el “derecho soberano” del país asiático de establecer y aplicar sus leyes.

“Si bien el Estado colombiano reconoce el derecho soberano que tienen los países de establecer y aplicar su legislación en materia penal, reitera categóricamente su posición en contra de la pena de muerte y reafirma la inviolabilidad del derecho a la vida”, señaló la cancillería en un comunicado.

En el texto, el gobierno colombiano lamentó “profundamente” la decisión de las autoridades de la República Popular China de ejecutar a Ismael Enrique Arciniegas, “a pesar de las reiteradas peticiones de clemencia y las varias solicitudes presentadas al gobierno chino para que su sentencia de muerte fuera conmutada”.

Actualmente preso en Guangzhou, Arciniegas fue detenido en China a mediados de 2010 y condenado a la pena de muerte tras reconocer que llevaba casi cuatro kilos de droga a cambio de 5.000 dólares.

Delito grave

El Ministerio de Relaciones Exteriores continuará realizando gestiones con miras a que se reconsidere la decisión con “una nueva nota de clemencia o de conmutación de la pena cuando se inicie el protocolo de aplicación de la pena de muerte”, dijo en rueda de prensa el viceministro de asuntos multilaterales de Colombia, Franciso Echeverri.

La cancillería recordó que China es uno de los 34 países donde el narcotráfico es considerado un “delito grave”, “castigado incluso con cadena perpetua o pena de muerte”, “sin distinción de nacionalidad”.

En China hay actualmente cinco colombianos condenados a pena de muerte por tráfico de estupefacientes, 10 a pena de muerte con suspensión por dos años, y 15 a cadena perpetua, agregó el comunicado.

Según reportes de prensa citados por la cancillería, ciudadanos de Corea del Sur, Reino Unido, Japón, Canadá y Filipinas han sido ejecutado en China desde 2010 por delitos relacionados con narcotráfico.