José Antonio Kast es el nuevo presidente electo de Chile, lo que afianza a la derecha en Latinoamérica. El líder del partido Republicano asumirá el próximo 11 de marzo.
De esta forma, en el contexto sudamericano, Chile se sumará a países como Argentina (Javier Milei), Ecuador (Daniel Noboa), Paraguay (Santiago Peña) o Bolivia (Rodrigo Paz); que actualmente tienen gobiernos de derecha conservadora y centro derecha.
En el grupo también puede agregarse a Perú, actualmente gobernado de forma interina por José Jerí, del partido Somos Perú, también cercano a los sectores de centro y conservadores.
De hecho, Kast no ha ocultado su cercanía ideológica con Milei. Este último fue uno de los primeros mandatarios locales en felicitarlo tras su triunfo.
“Enorme alegría por el aplastante triunfo de mi amigo José Antonio Kast en las elecciones presidenciales de Chile. Un paso más de nuestra región en defensa de la vida, la libertad y la propiedad privada. Estoy seguro de que vamos a trabajar juntos para que América abrace las ideas de la libertad y podamos liberarnos del yugo opresor del socialismo del siglo XXI”, expuso el argentino.
La izquierda, en tanto, se sigue debilitando dentro de Sudamérica, ya que sólo quedará gobernando Brasil (Lula da Silva), Colombia (Gustavo Petro) y Uruguay (Yamandú Orsi).
A ellos tres se les puede sumar, dentro del continente completo, el caso de Claudia Sheinbaum, presidenta de México, quien asumió en octubre de 2024.
Venezuela, en tanto, actualmente está bajo el mandato del cuestionado Nicolás Maduro, quien se proclamó como ganador de unas polémicas elecciones internas en 2024, cuyos resultados fueron aceptados por muy pocos países.
Pablo Semán, sociólogo y analista político argentino, asegura que pueden otorgarse algunos méritos a la derecha en el continente, en cuanto a captar de mejor manera los descontentos sociales, como la seguridad o la lucha contra el narcotráfico.
“Son todas cuestiones que los gobiernos de izquierda o bien atendieron parcialmente y luego dejaron de atender, o bien no atendieron casi nunca. Y son problemas que además son estructurales de América Latina desde los tiempos de la independencia, por lo que tienen un peso”, indicó a CNN.
En relación con la ingerencia que podría tener Estados Unidos, el analista lo pone en perspectiva.
“Obviamente que, al representar al país más poderoso del mundo, Trump tiene una influencia importantísima para América Latina, pero no descartaría el carácter ejemplar de las experiencias de Bolsonaro y de Milei o incluso la de Bukele para las ultraderechas contemporáneas en general”, expresó.
Hay que señalar que otro país que podría cambiar de rumbo sería Honduras, en donde Xiomara Castro entregaría el gobierno a Tito Asfura o Salvador Nasralla, ambos de la derecha política.
¿Voto Castigo?
La victoria de Kast se lee como un voto de castigo al Gobierno del progresista Gabriel Boric, que no ha logrado solucionar las prioridades de la ciudadanía, como reducir la inseguridad.
“Tenemos un electorado volátil que castiga de manera alternada, según el contexto”, dijo a la agencia EFE la directora del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, Dorotea López.
Al no materializarse sus expectativas “sienten frustración, enojo y repentina confianza en el otro”, añadió.
“La insatisfacción de los votantes provoca una política pendular permanente”, afirmó a EFE Benjamin Gedan del Wilson Center de Estados Unidos.
El autor de ‘Epidemia Ultra’, Franco Delle Donne, experto en extrema derecha, señaló al mismo medio que Latinoamérica vive un proceso de “derechización” hacia una “visión más autoritaria” y el “debilitamiento del Estado de derecho”.
Según él, “se acepta la agenda de la derecha radical” y “se prueban opciones nuevas”, que antes no tuvieron tanto apoyo.
Delle Donne considera a Kast uno de los representantes más característicos de los “neopatriotas”, ultraderechistas que han encontrado “una ventana de oportunidad” gracias a la crisis de la globalización.
El académico de la Universidad Católica de Chile Cristóbal Rovira apuntó a EFE a una “derechización de la derecha” porque en la competencia de este sector ha aparecido una ultraderecha y eso hace que muchos votantes empiecen a radicalizar sus propias posturas”.