Revuelo generaron los dichos del Fiscal General de Venezuela, quien el miércoles aseguró que el crimen de Ronald Ojeda había sido una “operación de falsa bandera”, deslizando la posibilidad de que agentes chilenos hayan estado involucrados en el asesinato.
“(El crimen) tenía como objetivo enturbiar las relaciones entre Chile y Venezuela, justo cuando ocurría un importantísimo acercamiento”, señaló Tarek William Saab en una conferencia de prensa, indicando que “en esta operación podrían haber participado cuerpos de inteligencia de Chile y extranjeros con intereses espurios”.
Sus dichos generaron la airada respuesta desde nuestro país, en donde el Canciller Alberto Van Klaveren mencionó: “Las declaraciones del fiscal general venezolano son inaceptables, pero no nos sorprenden”.
“(Los sospechosos) son dos ciudadanos de ese país que se encuentran prófugos de la justicia chilena. Esa es la colaboración que estamos exigiendo y es lo mínimo que podemos demandarles”, añadió el secretario de Estado.
¿Qué es una operación de falsa bandera?
Según indica Scott Radnitz, profesor de Estudios Rusos y Euroasiáticos en la Universidad de Washington, las “operaciones de falsa bandera” son “ataques de un gobierno contra sus propias fuerzas para crear la apariencia de una acción hostil por parte de un adversario”.
El diccionario de Cambridge, por su parte, lo define como “una acción política o militar que pareciera haber sido llevada a cabo por un grupo que, en realidad, no es responsable”.
En tanto, la BBC consigna que a lo largo de la historia, varios países han organizado ataques de su propio lado, ya sea reales o simulados, para luego acusar a un enemigo. Esto, con el pretexto para ir a la guerra.
La cadena británica agrega que el término se utilizó por primera vez durante el siglo XVI para describir “cómo los piratas enarbolaban la bandera de una nación amiga para engañar a los barcos mercantes y permitirles acercarse”.
Para ejemplificar el término, la BBC recordó lo ocurrido la noche anterior a la invasión alemana de Polonia en 1939, cuando soldados nazis de las SS irrumpieron en la torre de radio de Gleiwitz, en el lado alemán de la frontera.
En el lugar, los efectivos difundieron un falso mensaje para asegurar que la emisora se encontraba desde ese momento en manos polacas.
Posteriormente, Adolf Hitler pronunció un discurso en el que habló de lo ocurrido en Gleiwitz, así como en otros incidentes planeados de forma similar, para justificar la invasión nazi.