El 11 de julio es una fecha histórica para muchos cubanos, que hace un año se atrevieron a salir a las calles en protestas masivas. Las manifestaciones del 11 de julio sacudieron a cerca de 50 localidades de la isla al grito de "Libertad" y "Tenemos hambre". RFI hace el balance un año después con Ted Henken, profesor de sociología y estudios Latinoamericanos de la Universidad de Nueva York.

La protesta en La Güinera el 12 de julio del año pasado fue el último coletazo del clamor social desatado el día anterior en Cuba. Las manifestaciones del 11 de julio sacudieron a cerca de 50 localidades de la isla al grito de “Libertad” y “Tenemos hambre”, cuando se acentuaba la crisis económica que envuelve Cuba, la peor en tres décadas. Ese 12 de julio, cientos de personas intentaron llegar a la estación de policía de La Güinera, justo en la entrada del barrio.

Militantes del Partido Comunista de Cuba (PCC, único) lo impidieron, acompañados del mayor operativo antimotines desplegado en esos dos días por el gobierno. Volaron piedras, botellas y palos. La calle quedó tapizada de vidrios y rocas. Las marchas antigubernamentales, las mayores desde que triunfó la revolución en 1959, dejaron en todo el país un muerto, abatido en este mismo barrio por uniformados, además de decenas heridos de ambos bandos y más de 1.300 arrestos, según Cubalex.

El gobierno informó que 790 prisioneros fueron encausados y 488 recibieron sentencia definitiva, muchos por el delito de sedición con penas de hasta 25 años de cárcel. Pero la cifra de encarcelados sigue sin conocerse con precisión. Las organizaciones Justicia 11J y Cubalex han documentado 1.484 detenciones.

El lunes 15 de noviembre (15N), activistas cubanos intentaron nuevas protestas pidiendo derechos para el pueblo, y liberación de los presos políticos, entre otras cosas. Sin embargo, las fuerzas de seguridad cubanas y simpatizantes del Gobierno detuvieron los intentos de protesta con detenciones y asedio contra los manifestantes.

¿Qué balance hacer un año después?

Ted Henken, profesor de sociología y estudios Latinoamericanos de la Universidad de Nueva York explica en la antena de RFI: “durante 3 o 4 meses hubo un despertar en Cuba de esperanza de cambio impulsado por un grupo de ciudadanos que buscaba un diálogo con el gobierno cubano par obtener cambios cívicos y derechos polìticos pero también en la rigidez de la economía centralizada pero después con la represión de una marcha cívica de noviembre por parte del gobierno esa esperanza se ha ido perdiendo desde noviembre hasta ahora y hemos visto el exilio forzado de buena parte de lìderes y activistas”.

Henken compara este éxodo de estos ocho meses “con lo de Mariel en el año 80” y afirma que “lo que ha quedado es una sociedad civil independiente en potencia y existe también un abanico de medios independientes digitales aunque buena parte de ellos operan desde el exilio. Pero también queda un gobierno no democrático que sistemáticamente reprime a sus ciudadanos”.

Cifra récord de migraciones

Tras las manifestaciones de julio de 2021, miles de cubanos decidieron dejar la isla. Esta situación ha se exacerbado en 2022, año en el que Cuba sigue enfrentando la peor escasez de alimentos y medicinas en décadas, y una inflación desmedida.

En 2021, la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos (CBP por sus siglas en inglés) registró a 39.303 cubanos. En lo que va de 2022, la CBP ha registrado a 140.602, más del triple del total del año pasado.