Una huelga de profesores en las escuelas públicas de gran parte de Argentina dejó sin clases a más de cinco millones de alumnos, en coincidencia con el comienzo del año escolar 2018 este lunes.

Los maestros rechazan el ajuste salarial anual del 15% en tres tramos propuesto por el gobierno de Mauricio Macri, que busca alinear los incrementos con su estimación de inflación para 2018, para no acentuar el aumento del costo de vida que llegó a 24,8% en 2017 y fue de 1,8% en enero.

Pero los sindicatos aspiran a obtener un piso de 20% de recuperación salarial, que compense una pérdida acumulada del poder adquisitivo del salario.

Reclaman, además, que se incluya en el acuerdo una llamada “cláusula gatillo” de actualización automática si la inflación es superior a la estimación oficial, como sucedió en 2016 y 2017.

CTERA, el mayor sindicato argentino de docentes que reúne a entidades de base provinciales, lanzó la semana pasada el paro de 48 horas para este lunes y martes, que se cumple en 17 de los 24 distritos.

El presidente Macri optó por asistir a la apertura del ciclo lectivo en una escuela recién inaugurada en Corrientes, 920 kilómetros al noreste de Buenos Aires, una de las siete provincias donde no se cumple la huelga.

“Para mí las escuelas son fábricas de sueños”, dijo Macri ante niños, padres y maestros.

Como lo hizo la semana pasada al abrir las sesiones ordinarias legislativas, Macri volvió a abogar por mejorar la calidad educativa en la que el Gobierno pretende enmarcar la disputa con los docentes.

“No podemos hacer política con la educación de nuestros hijos. No podemos acordarnos de la educación sólo en el momento de las paritarias” (negociaciones anuales de salarios), dijo ante la Asamblea Legislativa.

Según los sindicatos, la adhesión al paro “está entre el 85 y el 90%”, declaró Roberto Baradel, dirigente de CTERA por la provincia de Buenos Aires, el distrito que concentra 40% de la población y con unos tres millones de alumnos entre primaria y secundaria, 65% de los cuales concurren a escuelas públicas.

En 2017, el Gobierno dejó de abrir negociaciones salariales a nivel nacional, como se venía haciendo, al sostener que la discusión debe darla por separado cada provincia, de cuyas arcas se pagan los salarios docentes.

En esa línea, CTERA reclama que se vuelva a la discusión nacional para lograr un piso mínimo de aumento.

En 2017, las discusiones salariales entre el Gobierno y los docentes desencadenaron huelgas y protestas que atrasaron por meses el inicio del año escolar en varios distritos del país.