La conductora se sinceró respecto a la enfermedad que ha padecido hace más de una década, asegurando que llegó a sentir nulas ganas de vivir.

Eli de Caso estuvo en el nuevo capítulo de De tú a tú, donde conversó con Martín Cárcamo respecto a varios aspectos de su vida alejada de la televisión. Una momento especialmente emotivo fue cuando se refirió a su lucha contra la fibromialgia, enfermedad que le fue diagnosticada hace más de una década.

Esto lo contó cuando Cárcamo le consultó respecto a su relación con Manuel Tello, terapeuta que la ha ayudado a sobrellevar esta enfermedad con el paso de los años.

“Él trabaja en sanación y me ha ayudado ene, porque cuando Manuel y yo nos reencontramos yo estaba en una época de fibromialgia, mal. Yo siempre me pregunto qué hubiese sido de mí si Manuel no aparece en ese momento”, indicó.

“Yo creo que estaba lista para irme, no tenía ningún interés en seguir viviendo en ese momento, año 2009. No tenía ganas de seguir viviendo, tenía mucho dolor en mi cuerpo, encontraba que era un ‘cacho’ para mis hijos y lo pasaba muy mal”, agregó.

“Lo pasaba pésimo, yo tenía dolor en mi cuerpo todo el día y toda la noche, no podía dormir. Había veces que no me alcanzaba la plata para remedios, estaba en una época pésima. Manuel llegó justo en el momento exacto, como un ángel”, expuso.

Testimonio de Eli de Caso

Sin ir más lejos, la exconductora de espacios como Buenas Tardes Eli sostuvo que Tello fue fundamental para poder sobrellevar los dolores e incluso dejar los medicamentos.

“Te duele el alma, yo creo que ahí toqué fondo. Me dio fibromialgia por toda la historia de mi vida, por el desamparo, por no haber protegido, cuidado, valorado, puesto límites. La fibromialgia viene por eso”, señaló.

“Manuel empezó a ayudarme con todo lo aprendió estos años. Yo estuve un año con abstinencia de remedios, más el terremoto, cuando estaba en un piso 17. Estuve un año, me dolía la piel, no podía dormir, me dolía el cuerpo”, añadió.

“No tomé nunca más un remedio para la fibromialgia. Las primeras veces que yo despertaba en las mañanas sin dolor yo lloraba, de alegría y agradecimiento. No he vuelto a tener dolores en mi cuerpo”, concluyó.