En conversación con BioBioChile, diferentes intérpretes de la cinta destacan los principales desafíos de grabar en la Araucanía. Sin embargo, tanto chilenos como españoles dejaron que el frío marcara su memoria a la hora de recordar las grabaciones.

A inicios de marzo, Amaron Prime Video estrenó Sayén, la primera película de acción chilena que cuenta con los actores españoles Arón Piper y Roberto García entre sus antagonistas en una trilogía que inició en el sur de Chile y espera continuar en nuevas regiones del país.

Entre los mayores desafíos, los protagonistas de la cinta comentaron a BioBioChile que todo se encuentra entre las complejidades climáticas al grabar en climas extremos así como también los efectos propios de grabar en medio de la pandemia.

“Recuerdo que fue como un reality show”, destaca Eduardo Paxeco. “Estábamos en Covid, no podías salir del hotel, las únicas salidas eran para ir a grabar y era salir a las cinco de la mañana en una temperatura de -4, filmar hasta que a las 6 se oscurecía y volvíamos al hotel, pero fue entretenidísimo”, recuerda.

Alguien que no puede olvidas aquellas bajas temperaturas es el español Roberto García, el que es llamado por el resto del elenco como el experto en hacer escenas de combate y que, a sus palabras, el frío fue su principal enemigo en aquellos momentos.

Específicamente, rememora una de las escenas de pelea entre él y Rallén Montenegro, donde pelean cuerpo a cuerpo en medio del bosque araucano.

“Esa fue una secuencia que me costó, se ve como si no hubiera tanto trabajo, pero costó mucho sacar esa coreografía”, recuerda, apuntando que las cañas de bambú con las que pelean “hacían mucho daño, había que hacer golpes muy controlados y había caídas muy dolorosas”.

Con ese frío, las lesiones aparecen enseguida, había roturas, un montón de cosas. Pero contamos con varios especialistas muy preparados, conocidos con esas armas que nos enseñaron cómo controlar todo”, añade.

Pese a que afirma que las lesiones estuvieron presentes, también apunta a que hubo un detalle que le encantó de la entrega chilena: “En la escena añadieron un elemento de defensa mapuche, que fue un guiño a la cultura. Aparte, la pasamos de maravilla a pesar de que fue un día muy frío y muy duro”.

“Realmente, lo difícil era esa acción con ese clima; había que estar constantemente calentando antes de rodar, pero no te da tiempo para la preparación muscular”, explica, asegurando que, aunque calentaba, al momento de grabar su cuerpo ya se había enfriado.

Arón Piper también destacó aquellas temperaturas en su experiencia en el rodaje, asegurando que fueron “lo más duro y a la vez lo más gratificante”.

“Eran condiciones extremas: nevó, hubo lluvia y lo máximo que teníamos era esa pequeña carpita con un calefactor. Imagínate estar en ese entorno con todo ese barro, actuando y teniendo en cuenta que te puedes lesionar al caer. Era difícil, pero a la vez gratificante”, menciona.

Además de grabar por primera vez en el sur de Chile, Piper también destacó estar en Sayén como una oportunidad de poder ser un personaje antagonista, destacando su primera vez en una netrega de acción.

“Fue algo a lo que no estoy acostumbrado. Era un reto y es un personaje que me ayuda a esta transición a pasar un personaje más adulto”, menciona.

Sobre su desempeño en escenas de acción, Piper recuerda que “había un equipo detrás de especialistas que nos enseñaron coreografías, usar armas”.

Sin embargo, también destaca la ayuda de García al momento de querer desempeñarse en el aspecto físico. “Entonces, aproveché y dije ‘ya que estoy con este hombre con músculos tan grandes (García), voy a seguir sus pasos en estos dos meses"”, recuerda.

“Me puso una dieta y engorde casi 10 kilos”, destacó entre risas. “Fue mucho para mí. Y fue divertido. Era agradable estar en forma y listo y preparado para las escenas”, menciona.

En aquella rama, Paxeco menciona que inicialmente hubo un entrenamiento físico en conjunto con todo el elenco, pero que poco después, Rallén Montenegro tuvo que recibir clases adicionales debido a que la protagonista no es nada más que una guerrera mapuche.

“Trabajé con una especialista y es muy lindo pensar que las dos construimos a Sayén”, menciona Montenegro. “Fue muy lindo ese proceso, porque usualmente una lo hace sola y trabajarlo con otro para enaltecer al personaje se me hizo muy bonito”, menciona.

“De todas formas, teníamos la suerte de que Roberto ha trabajado mucho en acción y Arón tenía este manejo en la cámara”, agrega Paxeco, apuntando a que los españoles acabaron ayudando a los chilenos a poder desarrollarse en el género de acción.

Sayén fue dirigida por Alexander Witt y producida por Fábula, Pablo Larraín, Juan de Dios Larraín y Rocío Jadue.

La historia se centra en Sayén, una mujer mapuche que, al volver a vivir con su abuela, descubre que una empresa multinacional se encuentra buscando comprar los terrenos de su abuela para poder explotar la tierra tanto del sur de Chile como de diferentes puntos del planeta.

Al negarse a vender las tierras, la familia de Sayén acaba siendo asesinada, a lo que la joven deberá enfrentarse a la conspiración que los mismos empresarios comienzan a desencadenar, buscando, a su vez, venganza.