El tiempo pasa y es natural: lo que antes nos encandilaba o sorprendía, hoy pareciera que apenas puede concitar nuestra atención. Ocurre en la música y en la literatura, pero sobre todo en las películas. Y esto se acentúa cuando comenzamos a reconocer aquellos errores que escondían las historias que marcaron nuestras infancias.

Las películas animadas de Disney, son un ejemplo de lo anterior. Y un articulo del portal Antena 3 se propuso evidenciar algunos de los más groseros que se recuerden.

“Pocahontas”

Para muchos, la historia de amor de la célebre nativa americana y John Smith, el colono inglés, representa uno de los pasajes más nobles del cine aminado de los noventa.

Una de las escenas más recordadas es cuando Pocahontas rescata a Smith, un hecho que ocurrió, pero cuando ella en realidad tenía apenas 11 años. Su historia real, además, es muy distinta de la ficción: fue raptada siendo adolescente y forzada a casarse con John Rolfe, un viudo británico.

“La bella durmiente”

En este caso, el error en cuestión adquiere tintes de “garrafal”, y se centra en el desenlace de la historia, al momento del recordado baile entre Aurora y su príncipe.

El rigor de la historia, dicta que aquel baile jamás debió haber sucedido: según la publicación, en aquella época (siglo XIV) las danzas de salón no eran de esa forma. De hecho, se hacían sólo a través de las manos, porque no se permitía tocar a la pareja.

“Tiana y el sapo”

Pasó a la historia de Disney como la primera producción animada en incluir una princesa negra, pero su trama esconde una imprecisión.

En la historia, Tiana pretende abrir un restaurante en Nueva Orleans a inicios del siglo XX; un anhelo que, a vista de las muchas muestras de racismo aún imperantes no sólo allí, sino en gran parte de Estados Unidos, resulta casi irreal.

Las normas segregacionistas de la época habrían impedido que el local de Tiana hubiese podido concretarse, e incluso abrir sus puertas. Con el correr de los años, lamentablemente, el panorama no ha cambiado: el brutal asesinato de George Floyd semanas atrás es una muestra.

“Frozen”

Aquí, el error radica en la canción principal de Frozen, Let it Go, y una de sus estrofas: en específico, la parte de Elsa en que habla de “frozen fractals” (fractales congelados, en español).

¿Cuál fue el pecado? La elección del vocablo, el cual ni siquiera existió en los diccionarios ingleses hasta 1975, época muy lejana al universo creativo de Frozen.

“Mulán”

En el mito de Mulán, ella debe vestirse de hombre para integrar el ejército de su admirado padre. Allí, una de las estrategias de los hunos, es atravesar la Muralla China para asesinar al Emperador y controlar el imperio, algo históricamente es imposible.

¿La razón? Cuando comenzó a difundirse la leyenda de Mulán (en la que está basada la película, entre el 386 y 538 D.C), la muralla no terminaba de construirse.

“Brave”

En lo que respecta a la historia épica de la princesa escocesa, fueron detalles en la vestimenta de los clanes lo que generó las primeras suspicacias.

Transcurrida temporalmente en la Edad Media, se ve en escena cómo los guerreros se pintaban el cuerpo, práctica que en realidad corresponde a la Edad de Hierro. Las mujeres, por su parte, utilizan prendas de los siglos XIV y XV, época posterior a la antes mencionada.

“Hércules”

Se trata de uno de los filmes con más errores históricos a su haber, sobre todo si consideramos que se inspira en el famoso mito griego.

La primera equivocación radica en el Pegaso (caballo alado) de Hércules, que no tiene relación alguna con el personaje, todo esto en desmedro de Hades, dios del Inframundo, apenas mencionado. Su final, es completamente distinto al original, donde Hércules se vuelve loco y asesina a su esposa e hijos.