Tiene sólo 29 años y pasó de ser mesera en un bar de Nueva York a una representante en el Congreso de Estados Unidos, marcando la historia al ser la más joven en obtener una silla en la cámara, así al menos lo informa el diario español El País.

Latina, de origen puertorriqueño, se ha manifestado defendiendo a la clase obrera, pero por sobre todo, con un ideal que va más allá de la discusión entre demócratas y republicanos, declarando que su lucha “Es sobre los que están arriba y abajo”. .

Con una campaña en base al esfuerzo, al contacto con la gente, caminatas eternas consiguiendo firmas para postularse y el apoyo de anónimos, logró conseguir lo que quería y dar el primer paso para comenzar a incomodar a la política americana.

Alexandria, la chica del Bronx

El estaño que consiguió como representante corresponde a la zona donde se crió, Bronx y Queens, sacando de la carrera en primarias a un veterano demócrata, Joe Crowley, quien durante 14 años no se enfrentó a otro candidato y que fue aplastado por una novedosa Alexandria Ocasio-Cortez o AOC como la denominó la prensa.

Tiene un conocimiento privilegiado de las redes sociales, considerando a sus compañeros del congreso cuya edad promedio está en los 57,8 años, las que utilizó para transmitir su mensaje a los votantes, con una campaña refrescó política americana.

Apostó por diferenciarse de las élites de la política, rechazando donaciones de empresas para su campaña, tal como lo hizo Bernie Sanders, para quien trabajó siendo organizadora en la campaña de 2016, consignó El País.

Hija de Sergio Ocasio, arquitecto, y Blanca Ocasio-Cortez, puertorriqueña dueña de casa, vivió tranquila hasta que en 2008, plena crisis económica en Estados Unidos, su padre falleció a causa de cáncer, por lo que su familia quedó al borde de la banca rota.

Respecto de su padre, la activista declaró que “perderlo en un momento en el que apenas comienzas a entender el mundo, fue algo muy duro… no sabía nada de nada” con voz quebrada recordando la difícil época.

Así fue como comenzó a trabajar largas jornadas de mesera, mientras su madre limpiaba casas, declarando a Netflix que su trabajo como camarera la preparó muy bien para la campaña. “Estoy acostumbrada a estar de pie 18 horas al día, estoy acostumbrada a recibir mucha presión, estoy acostumbrada a que la gente quiera hacerme sentir mal” mencionó mientras preparaba tragos en Flats Fix, su antiguo empleador.

No poseía mucha experiencia en política, aunque había trabajado para el senador Ted Kennedy (fallecido en 2009), mientras estudiaba Economía y Relaciones Internacionales en la Universidad de Boston. Esto fue suficiente para que su hermano menor enviara su candidatura a un grupo afín a Sanders, que reclutaba postulantes al congreso, afirmó la revista Vanity Fair.

Así fue como se lanzó en una campaña imposible para una chica que se ganaba la vida trabajando detrás de la barra de un bar, pese a tener estudios universitarios que la pudieron llevar a trabajar en Wall Street, aunque declaraba a Vogue que no podría porque la habría matado por dentro y sabía que podría hacer otra cosa.

Sin embargo, logró lo impensado y fue a Washington D.C. para arrastrar a millennials, sumar propuestas más izquierdistas (respecto de la ideología americana) en el centro del debate y causar sensación, destacó el diario español.

“Hemos hecho historia esta noche” señaló con una gran sonrisa, mientras celebraba su triunfo en Queens, donde llegó acompañada de su pareja y sus asesores, en una actitud de nerviosismo que acabó cuando logró divisar su rostro en una pantalla, la señal clave que la nombraba como ganadora de la contienda política.

Poco a poco se convirtió en una celebridad de la política, al nivel que cuando aún no ponía un pie en el congreso ya estaba posando para Annie Leibovitz, una de las fotógrafas mejor pagadas del mundo, que llevó sus imágenes a Vogue, en una crónica previa a la llegada de AOC a la capital.

Las fotografías la mostraban en su pequeño departamento de un dormitorio ubicado en el Bronx, el mismo lugar que la vio crecer. Posó junto a su pareja, Riley Roberts, un joven desarrollador web que la acompañó discretamente durante su campaña.

Annie Leibovitz para Vogue
Annie Leibovitz para Vogue

Como congresista ha destacado cómo, a través de didácticos ejemplos, ha ido en contra de las grandes corporaciones y el lobby que realizan con políticos.

Una de sus intervenciones, que se ha convertido en viral, la muestra en acción realizando una presentación denominada “el juego de la corrupción”, en la que se tomó un par minutos para desenmarañar el sistema americano, que calificó como roto.

A través de preguntas y respuestas dejó en claro todas las capacidades que tienen para dejarse influenciar, poniendo sus intereses, como servidores públicos, por sobre los del pueblo americano y salir de eso, legalmente, destacó el portal La Vanguardia.

Descúbrela en Netflix

El 1 de mayo pasado Netflix lanzó el documental “A la conquista del congreso” (Knock Down the House) que revela gran parte de la campaña que realizó Ocasio-Cortez, su ascenso desde la campaña que realizó en la calle hasta su primera visita a D.C como congresista.

La pieza, ganadora del codiciado premio del público a mejor documental estadounidense en el Festival de Sundance, toma la historia de neoyorquina principalmente, pero también la de 3 mujeres que como ella se atrevieron a correr la carrera al congreso americano, destaca EFE.

Se trata de Ami Vilela, quien postuló por Nevada buscando luchar por las personas que necesitan atención médica luego de perder a su hija, ya que un hospital se negó a atenderle por no contar con seguro médico.

También muestra a Cori Bush , postulando en Misuri, con el objetivo de hacer algo más que los congresistas actuales y poner foco en el racismo que se vive en la zona; y finalmente, Paula Jean Swearengin, que da la pelea en Virginia contra el congresista Joe Manchin, luego de ver cómo los altos niveles de contaminación están matando a su comunidad.

Las cuatro mujeres se caracterizan por realizar campañas con precarios recursos y poca experiencia en política, pero que tuvieron la valentía de enfrentarse a las candidaturas de veteranos políticos demócratas de Estados Unidos, cuyas candidaturas eran una carta segura para el partido.

A la conquista del congreso revela los vicios de la política americana demostrados lo difícil que es para una mujer entrar en este sistema, pero aún más, la complejidad que existe cuando no eres parte de la élite política que, hasta ese momento, tenían votos seguros.

“Si fuera una persona normal y racional, habría abandonado esta candidatura hace mucho tiempo”, declaró Ocasio-Cortez al principio del documental para comenzar a contar los pormenores de duras campañas políticas, menciona EFE.

El País destacó que el documental, dirigido por Rachel Lears, le costó 10 millones de dólares a Netflix, apostando por el alza de la marca Alexandria Ocasio-Cortez y lo refrescante que es verla antes de que se convirtiera en la mujer de política que es hoy, cuando preparaba tragos o afirmaba con seguridad que “Para que una entre, tienen que intentarlo cien” y ella, lo logró y entró.