Unas 20.000 personas se congregaron este jueves en Los Ángeles para dar el último adiós al rapero asesinado Nipsey Hussle.

La mayoría de los asistentes a este servicio ecuménico en el Staples Center –donde hace 10 años se realizó el funeral de Michael Jackson– eran negros o latinos, muchos con camisetas con el rostro del artista de 33 años, asesinado a tiros el 31 de marzo.

Los organizadores de esta “fiesta a la vida” ofrecieron 21.000 boletos gratuitos para el evento, que se agotaron en cuestión de minutos en internet.

Otras decenas de miles de personas seguían el funeral por redes sociales y canales de televisión.

El acto comenzó con canciones de su álbum Victory Lap, por el que fue nominado a los premios Grammy de este año, seguido por un video con fotografías de la vida del cantante acompañadas por el tema “My Way” de Frank Sinatra.

El féretro de Hussle, nacido Ermias Asghedom, estaba en el medio del escenario rodeado de flores.

Líderes religiosos, familiares, incluida su madre, amigos y otros cantantes participaron en el servicio, que antecedió una procesión hasta el humilde barrio de Crenshaw, en el sur de Los Ángeles.

Aunque no tuvo gran éxito comercial, el rapero era elogiado por haber dejado atrás su pasado de pandillero para convertirse en un rapero exitoso y por luchar por los residentes negros y latinos de su vecindario.

“Tenemos que ser la luz de cambio que queremos en el mundo”, dijo su madre Angelique Smith. “Buscaba solo inspirar”, expresó su hermano Samuel. “Me duele que nuestro niño de dos años probablemente no recuerde cuanto lo amó su padre”, lanzó su pareja Lauren London, con quien tenía un niño de dos años.