La economía del Reino Unido, golpeada por la crisis del coronavirus, sufrió en el segundo trimestre una caída récord de 20,4% y la recesión registrada en los seis primeros meses del año en el país es histórica.

Según el Instituto Nacional de Estadística (ONS, por sus siglas en inglés), que publicó las cifras este miércoles, se trata de la primera recesión técnica -es decir dos trimestres consecutivos de contracción del Producto Interno Bruto (PIB)- desde la crisis financiera de 2009.

Según el ONS, la contracción, que comenzó a sentirse en marzo, fue especialmente difícil en abril, cuando la población estuvo totalmente confinada, pues la actividad económica se paralizó totalmente.

Con la reanudación de las obras de construcción y la manufactura, las cifras comenzaron a mejorar en mayo, cuando el PIB avanzó un 2,4%, y en junio (+8,7%), gracias a que los comercios pudieron reabrir, según el organismo.

La “peor recesión” de la economía británica desde que la ONS comenzó a realizar los cálculos oficiales trimestrales en 1955 refleja las “restricciones” de viajes y actividades desde la entrada en vigor del confinamiento en el país, el 23 de marzo, cuya duración fue mayor que en la mayoría de los países europeos.

“Dije que nos esperaban tiempos difíciles, las cifras de hoy lo confirman. Cientos de miles de personas ya perdieron sus empleos y, desgraciadamente, en los próximos meses, muchas otros los perderán”, dijo el ministro de Finanzas, Rishi Sunak.

Bajo desempeño “extraordinario”

El Reino Unido registró el peor comportamiento de Europa en el segundo trimestre, por delante de España (-18,5%).

Sumando los dos primeros trimestres, el organismo relevó que el retroceso de la economía británica llega al 22,1%, “una cifra algo menor que la registrada en España (-22,7%) pero el doble que la de Estados Unidos (-10,6%)” en este mismo periodo.

Este bajo rendimiento del país que tiene el mayor número de decesos de Europa por covid-19 puede también atribuirse a su fuerte dependencia de los servicios, particularmente los gastos de consumo, que cayeron durante el confinamiento, y al hecho de que muchos padres tuvieron que dejar su trabajo para ocuparse de sus hijos, según analistas de la consultora Pantheon Macro.

Según este centro de estudio, estas “desventajas estructurales” deberían seguir frenando la recuperación en el tercer y cuarto trimestres.

El impacto de la pandemia y la paralización de la actividad apenas se vio amortizada por las medidas gubernamentales sin precedentes y las decenas de miles de millones de libras inyectadas por el Estado a través de préstamos o ayudas al empleo, o por el Blanco de Inglaterra, mediante la recompra de activos o unas tasas de interés casi nulas.

La recesión está causando ya enormes daños sociales, con una disminución de 730.000 personas empleadas entre marzo y julio, según cifras oficiales publicadas el lunes.

No pasa casi ningún día sin que se anuncien nuevas supresiones de puestos de trabajo en empresas, que están preocupadas por la finalización del programa de desempleo parcial prevista en octubre.

Para todo 2020, el Banco de Inglaterra prevé una caída de 9,5% del PIB y una recuperación lenta en 2021.