Luego de nuestro rápido unboxing el viernes pasado, la nueva Xbox Series S ha pasado casi 5 días en nuestras manos; tiempo suficiente para probar su funcionamiento, características de nueva generación y, lo más importante, juegos. Muchos juegos.

Sin más preámbulos, compromisos ni reservas, y agradeciendo a Microsoft por la oportunidad, vamos rápido a la reseña.

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Sieries S: diseño elegante, rendimiento silencioso

Lo primero que nos impactó en BioBioChile es el tamaño y diseño de esta consola next-gen. Es muy pequeña, con un peso muy bien balanceado, manipulable, fácil de transportar y proyecta una imagen futurística, con un acabado blanco mate, angular. Tal como lo dice su nombre, es una caja. Pero una que en su interior tiene mucho poder.

Dicho esto, la Xbox Series S cabe prácticamente hasta en los espacios más reducidos de cualquier hogar y tiene un sistema de ventilación excelente. El polémico “parche circular” negro (que en un principio me generó dudas en fotos, pero que en persona me terminó por convencer), que tiene en uno de sus lados, es indicador de un ventilador de expulsión de calor que está en constante funcionamiento y que es prácticamente inaudible.

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Hemos intentado hacerle “meter ruido” cargando juegos nuevos y nada. No se escucha. Es un punto destacable de esta consola, considerando que hasta ahora estábamos acostumbrados a que la antigua generación, e incluso los PC, generen distintos niveles de ruido que pueden llegar a ser molestos.

Por otra parte, también hemos visto cambios en el diseño de los controles de Xbox en esta nueva generación.

Control de Xbox Series S

El nuevo control ahora presenta un botón adicional para facilitar el compartir de capturas y videos sobre momentos que hayamos experimentado en juegos. Dicha función está conectada con nuestra aplicación de celular, por lo que podremos rápidamente compartir por redes lo que veamos en la pantalla.

Además, hemos podido verificar que el tamaño del control es muy similar al de la generación pasada, aunque un poco más compacto y mejor balanceado. Ahora tiene texturas para proporcionar un mejor agarre en las manos y hemos visto mejoras en dos grupos de botones: las flechas direccionales, donde ahora es más fácil presionar diagonales, y los botones RB/LB (shoulder buttons) que ahora son de mayor calidad y entregan una mejor sensación al presionarlos.

Los botones RB/LB del nuevo control.

Finalmente, seguimos teniendo la posibilidad de conectar audífonos con micrófono a través de un puerto jack y como última novedad tenemos que el puerto de conexión, en caso de necesitarlo, es USB-C. Lo que no ha cambiado, y que sigue siendo “muy Xbox”, es que el control funciona con pilas doble A; algo que tiene sus ventajas (fácil cambio de batería) como desventajas (debemos comprar pilas en el futuro o utilizar recargables y cargarlas aparte).

Hacia donde quieras, al instante

Pasando al funcionamiento de la consola nos vimos sorprendidos nuevamente. Estamos ante una interfaz veloz, inmediata, sin ningún tipo de lag y de muy fácil acceso. Pese a que no tuve Xbox en la generación pasada (mi última consola Microsoft fue la legendaria 360), he podido ver en videos que la interfaz es muy similar a la de Xbox One X, lo cual en ningún caso es algo negativo ya que funciona muy bien.

Nuestro escritorio principal o dashboard de la consola es personalizable, pudiendo escoger colores, fondo de pantalla e incluso podemos dejar “colgadas” las aplicaciones y juegos que más accedamos. No es nada muy nuevo, pero es genial que se mantenga y que ahora funcione más rápido que nunca.

Menú principal de la Xbox Series S

Además, dicha interfaz también es accesible dentro de cualquier tipo de juego y se agradece cómo de forma casi instantánea podemos salir de un título, ir al escritorio y abrir otras aplicaciones o juegos. La consola hace todo casi sin ningún tipo de esfuerzo, generando asombro y recordando cómo la tecnología ha avanzando durante los últimos 20 años en el mundo de las consolas.

Menú desplegable en juegos en la Xbox Series S

Por último, si tenemos un monitor/televisor que soporte 4K y 120Hz, la experiencia en el menú principal será aún mejor, con la más alta definición y el doble de fluidez a la cual estábamos acostumbrados en la generación pasada.

Quick Resume: nueva función de nueva generación

Esto último, el cambio de juegos, es particularmente una función especial de las Xbox Series con su anunciado Quick Resume: la posibilidad de estar en un juego, pasar a otro, y poder volver al anterior continuando tal como lo dejamos.


Presentación del Quick Resume.

Era una de las funciones qué más esperábamos y que pusimos a prueba desde el día 1. Nuestras resumidas impresiones son que cuando funciona, es increíble. Pero hasta el momento son sólo algunos los juegos que efectivamente son compatibles con Quick Resume y, además, no hay cómo saber si un juego puede ejecutar la función o no. Simplemente tuvimos que probar juego tras juego, ir cambiando y comprobando cuáles al volver estaban tal cual como los habíamos dejado (y que mostraban el ícono “Quick Resume” en la esquina superior) y cuáles se habían cerrado.

Respecto de esto, Microsoft informó esta semana que aún están trabajando en el funcionamiento de dicha función y que para el lanzamiento debería estar implementado en muchos más juegos.

Pese a ello, es realmente una experiencia de nueva generación cuando ocurre, sobre todo si incluso hemos apagado la consola, la cual enciende rapidísimo y permite volver a un juego tal como lo dejamos.

Series S y una enorme biblioteca de juegos, de la mano de Game Pass

Pero vamos al meollo de todo esto: los juegos. El alma de cualquier consola, por más potente y rápida que sea, es su biblioteca de juegos y lo atractiva que sea para los usuarios.

A diferencia de la Series X, Series S es una consola pensada exclusivamente para contenido digital. No tiene lector de discos, por lo que todos los juegos a los que accedamos serán a través de la misma consola: comprando en la tienda online de Microsoft y/o pagando suscripciones. Es una implementación que vimos en la generación pasada en Xbox; una que mira hacia el futuro en la era digital, pero que deja fuera a quienes aman coleccionar juegos físicos.

Menú de todos los juegos disponibles en Game Pass (en la imagen sólo se ven los primeros 12 de más de 100 títulos disponibles)

Tomando en cuenta esto, el colosal y revolucionario Xbox Game Pass, que cada mes pareciera ser mejor que el anterior, es casi imprescindible para la Series S. Para quienes no lo conozcan, es una suscripción que funciona muy similar a Netflix o Amazon Prime, pero de videojuegos.

Por $7.990 al mes tendremos acceso irrestricto a una biblioteca de más de 100 juegos, incluyendo títulos de Bethesda y, en algunos días más, también EA. Además de ello, este servicio mes a mes agrega nuevos juegos y también pone a disposición los más nuevos títulos de Microsoft el mismo día de lanzamiento. Eso sí, el momento en que dejamos de pagar, perdemos acceso (tal como Netflix, como decía antes).

Es una oferta casi inmejorable y que recomiendo a todas luces para esta consola en particular, ya que al no tener la posibilidad de comprar juegos físicos, es una buena idea invertir en esta suscripción mensual/anual que nos dará acceso a esta enorme cantidad de juegos que incluye títulos desde la primera Xbox, pasando por 360, Xbox One y también Series S/X.

Para esta reseña hemos podido probar, a través de Game Pass, la saga completa de Gears of War, Monster Hunter World, Doom Eternal, la saga completa de Kingdom Hearts, Forza Horizon 4, Ace Combat 7, y títulos Indie como Carrion, Astroneer, entre muchos, muchos otros.

Y la verdad es que cada uno de estos juegos ha funcionado de forma impecable y como uno esperaría: carga casi instantánea de niveles (al usar desde SSD), HDR automático y buenas tasas de cuadros por segundo que dan mucha fluidez, sobre todo si reproducimos en un televisor que tenga VRR (tasa de refresco variable). Algunos juegos como Monster Hunter World, Gears of War 5 y Forza Horizon 4 incluso han mostrado mejores gráficos y rendimiento optimizado al estar siendo ejecutados en una consola más poderosa, lo cual les da nueva vida e invita a jugarlos de nuevo.

Pero hay que considerar lo siguiente: nuestras primeras impresiones, hasta el momento, han sido de juegos que no necesariamente son de siguiente generación, por lo que si bien los títulos que hemos probado han sido optimizados (y se ven muy bien), aún faltan días para ver, en la fecha de lanzamiento, lo que esta consola es capaz de mostrar en juegos como DIRT 5, Watch Dogs Legion, Assassins Creed Valhalla, entre otros, donde esperamos ver Ray Tracing a buenas tasas de cuadros por segundo (FPS).

Un almacenamiento recatado y ajustado, pero solucionable

Por otra parte, la gran cantidad de juegos disponibles puede ser un arma de doble filo para la Series S, ya que sólo viene con 512 GB de almacenamiento interno SSD NVME de fábrica.

Considerando que los juegos están comenzando a llegar a los 100 GB en algunos casos, y que el sistema deja sólo disponibles cerca de 400 GB para guardar títulos, a muchos les ocurrirá que rápidamente se quedarán sin espacio.

El disco duro interno SSD se llenó rápidamente, pero pudimos conectar un disco externo USB 3.0 y funcionó sin problemas.

Sin embargo, pudimos sortear rápidamente este obstáculo, ya que la Series S acepta casi cualquier disco duro USB 3.0 externo que ya podamos tener en casa (o que podremos comprar por no más de $50 mil aprox.). De esta forma, pudimos agregar otros 500 GB de espacio e instalar muchos otros juegos. Eso sí, hay que considerar que la velocidad de carga no será la misma, ya que USB es más lento que SSD. Pero en ningún caso significó que la experiencia se viera arruinada.

En caso de querer o necesitar más almacenamiento SSD, Microsoft tendrá a la venta memorias de expansión, pero todo indica que el precio de estas será bastante elevado.

Series S: juega donde quieras

Otra muy buena y práctica funcionalidad que hemos podido probar con la Series S, que a estas alturas ya comienza a transformarse en estándar en la industria de videojuegos, es el juego remoto.

A través de la aplicación Xbox en nuestro celular, y conectando cualquier control Bluetooth que tengamos, podremos jugar desde el lugar que queramos, siempre y cuando tengamos una buena conexión a Internet.

Y aunque es una función que aún está en desarrollo (y tampoco es nueva, la One ya la estaba implementando), la verdad es que ha sido genial poder jugar desde un celular, sin lag, y con una imagen más que aceptable. No es imprescindible, pero se agradece que desde el día 1 esté funcionando para quienes lo requieran.

La consola de nueva generación más económica y en el momento correcto

Así todo, lo más increíble es que la experiencia que acabamos de describir es en una consola que se alza como la más económica del mercado en un momento complejo para Chile y el mundo debido a la pandemia del Covid-19.

Por $319.990, precio sugerido por Microsoft, la Xbox Series S es asequible e incluye suficiente hardware para ejecutar juegos a una resolución máxima de 1440p, lo cual es más que suficiente para el usuario promedio que aún no tiene un televisor 4k o que simplemente no necesita la más alta resolución.

Los precios de las Xbox Series que inician su preventa este jueves 5 de noviembre.

Pero en el caso de que sí lo tuvieras, la Series S escala automáticamente a 4K cuando es necesario, por lo que en ningún caso debe ser vista en menos en este apartado. Su poder gráfico sigue siendo superior a lo que hemos visto en consolas de pasada generación, sólo que a menor resolución.

Sumado a esto tenemos la posibilidad de reproducir juegos a 120 FPS en el caso de que el título lo disponga, lo cual entrega mucha mayor fluidez y rapidez de acción para los más competitivos. Eso sí, también tendremos que tener un monitor/televisor que sea capaz de mostrar esa tasa de refresco (120Hz).

Veredicto

La Xbox Series S es una hermosa consola, propia de la era en la que estamos. Ya sea por su economía, poder gráfico o diseño, pareciera estar hecha a la medida de los tiempos que vivimos, donde invertir en entretenimiento es, para la mayoría, mucho menos que una necesidad. A un precio asequible de $319.990 (al comparar con la Series X y la PS5), la Series S cumple con la promesa de ser una consola de siguiente generación en todos los frentes, entregando una experiencia silenciosa, cómoda y fluida. Sólo nos queda ver cómo se comportará con los juegos de lanzamiento. Pero el futuro es brillante para esta pequeña pero imponente idea llevada a cabo por parte de Microsoft y el equipo de Xbox. Y para quienes necesitan la experiencia 4K al máximo y más almacenamiento (1 TB), siempre estará la posibilidad de optar por la hermana mayor: la Series X.