Este jueves se confirmó el fallecimiento de Humberto Maturana a la edad de 92 años. El destacado biólogo, filósofo, escritor y Premio Nacional de Ciencias 1994, dejó un legado para el mundo científico en nuestro país, trascendiendo internacionalmente.

Pero Humberto Maturana no es un nombre ordinario, es un legado, una inspiración para muchos y por supuesto, un personaje que pasó y permanecerá en la historia de Chile.

El 14 de septiembre de 1928 nació en la ciudad de Santiago. De joven estudió en el Liceo Manuel de Salas y en 1950 ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, donde no llegó a titularse pero fue ayudante del curso de Biología dictado por el profesor Gabriel Gasic.

Gracias a una beca de la Fundación Rockefeller, en 1954 se trasladó al University College de Londres para estudiar anatomía y neurofisiología. Al año siguiente, se convirtió en padre con su primera esposa a los 27 años.

Entre 1958 y 1960 Humberto Maturana trabajó en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, época en la que además, obtuvo el Doctorado en Biología de la Universidad Harvard, en Estados Unidos. Y cinco años después, en 1965, se convirtió en profesor titular del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile.

Posteriormente definió el concepto de autopoiesis en su libro de 1972 “De máquinas y seres vivos” en el que habla sobre la organización de los sistemas vivos como redes cerradas de autoproducción de los componentes que las constituyen. Esta labor la desarrolló junto a su alumno y colaborador, Francisco Varela.

Otra de sus obras emblemáticas es “El árbol del conocimiento” (1984), donde trabajó aspectos claves en el proceso educativo y la evaluación sobre el conocimiento. Según publicó Memoria Chilena, “esta teoría trascendió más allá de la Biología para instalarse en las Ciencias Sociales, especialmente en la teoría de sistemas de la Sociología”.

Para la década del 90′ merecidamente recibió el Premio Nacional de Ciencias de Chile tras las investigaciones en las ciencias biológicas, puntualmente en la percepción visual de vertebrados y por sus aportes en la teoría del conocimiento orientados a la educación, la comunicación y la ecología.

Hasta el año 2000 se mantuvo como profesor titular en la Universidad de Chile, y a inicios de siglo fundó junto a Ximena Dávila el Instituto de Formación Matríztica.

Pero no sólo eso era Humberto Maturana, el pensador sentó las bases de la ‘biología del conocer’, disciplina que se hace cargo de explicar el operar de los seres vivos en tanto sistemas cerrados y determinados en su estructura.

Este 6 de mayo de 2021 será un día que permanecerá en la historia de nuestro país, siendo recordado como el día en que la ciencia vio partir a uno de sus prodigios.