Se estima que nuestra Vía Láctea tiene aproximadamente 13.51 miles de millones de años, posee alrededor de 200.000 millones de estrellas y 100.000 millones de planetas, entre los conocidos y los enanos. En base a eso es muy probable que, en más de una vez en sus vidas, las personas se hayan preguntado si hay vida más allá de la Tierra.

En este sentido, resulta extraño que como civilización nunca hayamos tenido contacto con seres que vengan desde otros rincones del universo, o que nunca hayamos tenido pruebas al menos de otro tipo de existencia.

En 2008, el escritor chino de ciencia ficción Liu Cixin publicó una de sus obras más importantes, la cual denominó como El bosque oscuro, una publicación que intenta explicar el por qué es muy poco probable que los humanos tengamos contacto con extraterrestres.

El libro no es sólo narrativa y especulación, ya que está respaldado por los postulados de la ecuación de Drake (Frank Drake) y la paradoja de Fermi (Enrico Fermi).

La primera de ellas hace relación a una ecuación para estimar el número de civilizaciones en toda nuestra galaxia, las cuales son susceptibles de poseer y emitir señales de radio detectables.

Vía Láctea | Wikimedia Commons

La ecuación toma una serie de variables relacionadas con la vida extraterrestre para entregar un resultado estimado. De acuerdo a la fórmula, a esta altura ya deberíamos habernos topado con 20 civilizaciones alienígenas.

Por otro lado, la segunda idea se basa en la contradicción respecto a las estimaciones que indican que hay elevadas posibilidades de que exista una cultura avanzada en el universo, y la ausencia de pruebas.

Tomando estos postulados, Liu Cixin postuló tres argumentos claves para su libro, los cuales indican que el universo debe representarse como un bosque oscuro, el cual está lleno de “cazadores” que velan por su subsistencia.

1.- Toda forma de vida desea seguir viva.

2.- No hay forma de saber si otras formas de vida pueden o querrán destruirte teniendo la oportunidad.

3.- Como no hay certezas, la opción más segura para cualquier especie es aniquilar otras formas de vida antes de que hagan lo mismo con ellas.

Sin ir mas lejos, el sitio estadounidense Big Thing publicó el extracto de la idea central del libro de Cixin, en el cual habla de aquellos cazadores silenciosos.

“El universo es un bosque oscuro. Cada civilización es un cazador armado que acecha a través de los árboles como un fantasma, empujando suavemente las ramas que bloquean el camino y tratando de caminar sin sonido. Incluso la respiración se hace con cuidado”, indicó.

“El cazador debe tener cuidado, porque en todas partes del bosque hay cazadores sigilosos como él. Si encuentra otra vida, otro cazador, un ángel o un demonio, un bebé delicado o un anciano tambaleante, un hada o un semidiós, sólo puede hacer una cosa: abrir fuego y eliminarlos”, escribió.

Wikimedia Commons

Bajo esta perspectiva, señala el autor, las seres de otros mundos podrían guiarse por estos preceptos, por lo que optarían por el silencio.

En el fondo, optarían por aquella acción para no arriesgarse a ser descubiertos, ya que aquello implica un peligro inminente.

“Si el universo es un bosque oscuro del que desconocemos casi todo, la manera más sabia de navegar por él es con la precaución de un cazador que en cualquier momento puede ser cazado”, relató.

Qué tan plausible es esto

De acuerdo al análisis de Big Think, esta teoría tiene la ventaja que sólo afecta a una de las variables en la ecuación de Drake, aquella que entra en el campo de la especulación.

Asimismo, tampoco se requiere que las personas especulen respecto al comportamiento de los seres que vendrían desde otros mundos.

Al mismo tiempo, aseguran, esto explicaría por qué hasta ahora no se han encontrado señales de radio extraterrestres, a pesar de haber tenido la capacidad de captarlas hace más de un siglo.

Precisamente, una posible razón de toda esta situación es que otros seres tienen el mismo miedo de nuestra civilización de ser detectada, por lo que evitan enviar cualquier prueba de su existencia.

No obstante todo por ahora entra en el campo de la suposición, aunque nunca está de más obtener mayor información acerca de nuestra Vía Láctea.