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Con un espectáculo de rock cargado de energía y presencia escénica, Lenny Kravitz deslumbró en su primera noche en el Movistar Arena con el “Blue Electric Light Tour 2024”. A sus 60 años, el músico lució impecable con su característico estilo mientras ofrecía hits como "Are You Gonna Go My Way" y "Always on the Run".

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Con bajos y amplificadores a tope, en un retumbe corporal de principio a fin, Lenny Kravitz apeló a todos los requisitos y clichés del “rockstar” en su primera de dos noches en Movistar Arena, donde ayer recaló el “Blue Electric Light Tour 2024”.

Con ropa ajustada, cueros, transparecencias, dreadlocks al aire y una musculatura e impronta propias de un ídolo del box (a sus 60 años Kravitz está intacto), el estadunidense ofreció un espectáculo de rock a la vieja usanza, con banda estridente, hits de estadio y un culto a la personalidad imprescindible para asimilar las casi dos horas de show.

Lenny Kravitz en Chile, día 1: Una cátedra de rock al borde del streptease
@el.eme

Con la versión original de “Harlem Shuffle” de Bob & Earl como telón de fondo, el neoyorkino se apersonó en el Arena como una deidad de los noventa para arrancar con el hit “Are You Gonna Go My Way”, “Minister of Rock ‘n Roll”, “Bring It On”, “TK421″ y I’m a Believer”; cinco piezas que marcaron el tono soul, funky y físico de la noche, donde el estadounidense intercambió guitarras y bajos a placer para demostrar sus dotes en las cuerdas.

Al frente, las reacciones del público a los gestos lascivos no se hicieron esperar: si al inicio las primeras filas se peleaban por una toalla sudada del cantante, en el ocaso los tiros de cámara directos a la pelvis no hicieron otra cosa que desatar algarabía en una multitud inquieta y rotunda, la misma que anoche agotó los boletos del día 1 del reencuentro con Chile (para este jueves 5, aún quedan entradas disponibles).

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La postal gráfica de esta faceta mostró primero a Lenny desprenderse de una polera para luego posar algo desconcertado por la estridencia de los gritos y los cantos que hacían alusión a su ya descrito estado físico.

En el show, Kravitz intercaló viejos clásicos con algunas pistas selectas de “Blue Electric Light”, álbum que este año lo trajo de vuelta al ruedo con un sonido que retoma los orígenes sonoros de su carrera.

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En ese cruce, “I Belong to You”, “Stillness of Heart”, “Believe”, “Paralyzed”, “Low” y “The Chamber” engalanaron una velada donde hubo paciencia y respeto para las canciones nuevas, y desenfreno y euforia por los clásicos del repertorio.

Con una banda de apoyo comprometida en toda la hoja de ruta, al momento de los créditos los vítores los capitalizó la baterista Cindy Blackman y su guitarrista Craig Ross, que también flecharon corazones en el Arena.

Fue esa ovación general la que antecedió la cumbre de la noche: el binomio “Always on the Run” y “It Ain’t Over ‘Til It’s Over”, que marcaron el tramo final de un recital que no necesitó grandes artificios para instalarse, desde ya, como uno de los espectáculos del año en el Arena capitalino.

El cierre estuvo reservado para la dosmilera “Again” y las noventeras “American Woman” y “Fly Away”, mientras que el único bis de la noche fue para “Human”, canción del “Blue Electric Light”, y “Let Love Rule”, que sirvieron de broche de oro para una historia que este jueves tendrá su segunda parte.

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