Por Marcel Socías Montofré

La primera genialidad de Afonso Cruz es el tremendo respeto con que trata al lector. No es fácil ser irónico sin caer en la pedantería. Como tampoco es fácil sumarse a la larga lista de libros que abordan la evidente deshumanización de los tiempos que transcurren, discurren y hasta se fracturan.

Más todavía cuando la primicia se conoce desde los tiempos de la primera versión de Blade Runner (1982), con el discurso del Replicante y sus “Lágrimas en la lluvia”. Ese primer plano que se venía como una advertencia desde el siglo pasado.

Ni hablar del demasiado linkeado Orwell en “1984”, ni del cine distópico que comenzó a cundir desde mediados de los años 90. Como “Gattaca: Experimento genético”, por ejemplo, en 1997.

Pero Afonso Cruz lo hace con magistral habilidad para renovar la metáfora. Incluso desde el título: “Vamos a comprar un poeta”. Parece práctico y acorde a los tiempos que transcurren. Hasta se puede hacer por delivery. Puede ser un consejo “útil”. Pero también una manera de advertir cómo dará las noticias del mundo al instante.

Lo hará con poesía en prosa.

Tal vez duela menos. O se entienda más.

Lo importante es que se hace más digerible asomarse al mundo. Cuando hay poesía en la forma. No se trata de la rima. Es la manera de ver el mundo. Al menos más legible y hasta comprensible, cuando se asoma con sentido del humor –otra buena herramienta que ayuda bastante a sortear la saturación de la contingencia, el “efecto avispero”- y lograr así un libro compacto, a la medida del usuario, casi como un manual a consultar en caso de emergencia o exceso de “realidad”.

Con la poesía nunca se sabe. Lo importante es interpretarla. Hace bien. Al menos nos re-cuerda la capacidad de diálogo. Del sincero. Con nosotros mismos. La poesía profunda. La que nos diferencia de la Inteligencia Artificial.

Beneficios de comprar un poeta

La segunda genialidad de Afonso Cruz es su uso del absurdo sin caer en lo burdo. Es una excelente puesta en escena narrativa, sin excesos en la idiotización de algunos personajes, como tampoco en la idealización de otros.

De hecho, la misma trama de convierte en un absurdo extrañamente verosímil cuando se descubre que lo importante es el mensaje: “Afonso Cruz critica con humor los valores mate-rialistas, la dictadura utilitarista y la poca capacidad de asombro en el mundo actual, resca-tando la importancia de la creatividad, la poesía y la belleza”, tal como se advierte en la con-traportada del libro.

Por dentro del libro lo hace con buena prosa y verso. Se nota el gran beneficio de “comprar un poeta” para expresarse de manera breve, lúdica y brillante.

Como en la página 47:

“- ¿Para qué sirven?
– ¿Los artistas?
– Sí.
– Para nada. Son inutilistas.
– ¿Qué es lo que este poeta hace?
– Poemas-, respondí.
– ¿Para qué sirven?
– Para muchas cosas. Hay poemas que sirven para ver el mar”
.

El mercado de la vida

La tercera genialidad de Afonso Cruz es que se nota su manejo del lenguaje audiovisual. Por lo mismo aclarar que no se trata de un libro de poemas. Tampoco una novela. Con suer-te se podría pensar en una “nouvelle” (93 páginas), sobre todo si se trata de la economía del relato.

Precisamente, una economía -o sistema económico y social- puesto en tela de juicio durante la puesta en escena, luego de concretada la compra del poeta. Cuando algo comienza a cambiar en el hogar de la protagonista.

Cierto momento epifánico. Por suerte no mecánico.

Como en la página 71:

“- No sé por qué, pero eso me llevó a repensar mi posición en el mercado de la vida, cuáles son mis dividendos, mis deudas, y sentí que debía cambiar algunas cosas. Hace unos días, vas a reírte, estaba aspirando y miré el cuarto del poeta, a aquello que él escribió en la pa-red, ¿y sabes qué vi?
– ¿El mar?”

O la genial interrogante en la página 84:

“Qué sentiríamos si un amigo confesara que sólo conversa con nosotros porque le pagan por eso? ¿O que una madre le confesara a su hijo que sólo lo educa y que lo trata bien con el fin de tener a alguien que la ampare en la vejez? En la inutilidad es donde está el altruis-mo y aquello que el ser humano considera noble”.

La razón, sentido y contingencia de la poesía.

Una buena interrogante y respuesta. Una buena razón para leer a Afonso Cruz (1971), es-critor portugués, que también dirige películas de animación, ilustra, hace música y ha viajado un montón. Vive en una casa junto al campo. Lejos de la ciudad.

Portada de Vamos a comprar un poeta
Editorial Hueders

Vamos a comprar un poeta

Afonso Cruz
Editorial Hueders

2022