Lord John Sewel renunció el martes a su escaño tras ser filmado consumiendo cocaína con unas prostitutas, en un caso con todos los ingredientes del clásico escándalo británico: tabloides, sexo, drogas e hipocresía.
El caso estalló como otros tantos que han provocado la caída de políticos y otras personalidades nacionales, con un video embarazoso publicado por un diario, en este caso The Sun.
En la filmación se ve a este lord escocés, de 69 años, casado y con cuatro hijos, esnifar cocaína sobre los pechos de una de las dos mujeres, firmándoles un cheque de 200 libras o fumando medio desnudo con ropa interior femenina.
Una de las dos supuestas prostitutas pregunta constantemente a Sewel, un laborista, que le da su opinión sobre rivales y aliados políticos. Así, describe a David Cameron como el primer ministro “más superficial y simple que ha existido” o al independentista escocés Alex Salmond como un “idiota pretencioso”.
Sewel había renunciado el domingo a su puesto de vicepresidente de la cámara alta y el Partido Laborista lo suspendió de militancia.
Finalmente, este martes abandonó su escaño. “Escribí hoy al secretario de los parlamentos para poner fin a mi puesto en la cámara de los Lores”, dijo Sewel en un comunicado.
“Quiero disculparme por el daño y la vergüenza que he causado”, añadió.
Predicando con el ejemplo
Los problemas de Sewel podrían agravarse porque la policía registró el lunes el departamento del video, aunque resultará difícil hallar rastros incriminadores pasados ya varios días de la juerga.
Se da la circunstancia de que lord Sewel pertenecía a la instancia encargada de velar por las buenas prácticas de sus colegas, el Comité de conductas y privilegios de los lores.
Cabe recordar que “los muy honorables lores espirituales y temporales” de esta cámara no son elegidos por el pueblo y vienen de la Iglesia y la nobleza.
Así, cuando el gobierno quiere designar a uno, tiene que pedirle a la reina que le conceda un título nobiliario antes. Los miembros de la cámara pueden ser vitalicios o temporales.
Su función es sancionar las leyes que le llegan de la baja, la Cámara de los Comunes, un trámite, en la gran mayoría de las ocasiones.
En un artículo que publicó recientemente en The Huffington Post, Sewel se congratulaba de haber ayudado a aprobar una medida que permitía a la cámara, por primera vez en la historia, expulsar definitiva e inmediatamente a un miembro.
“El número de miembros que vulneran las reglas de la Cámara es pequeño. La mayoría trabajan duro y prestan un servicio valioso, invitando al gobierno a ‘pensarlo dos veces’ cuando se trata de grandes temas. Pero los actos de unos pocos dañan nuestra reputación”, escribió.
“Los escándalos provocan buenos titulares”, añadió, una frase que debe resonar en sus oídos al ver las portadas que estos días lo tratan de Lord Cocaína o hacen juegos de palabras con su apellido, tan similar a “Sewer”, cloaca.
El caso ha vuelto a despertar interrogantes sobre la utilidad de la Cámara de los Lores. El diario The Times pedía este martes que se reduzcan sus miembros, y la describía como una instancia “no electa con prácticas esotéricas y una media de edad de 70 años”.
En total, desde 2009, diez lores han abandonado sus escaños por abusar de sus gastos o por ser sorprendidos por periodistas encubiertos ofreciéndose a facilitar negocios a empresas.