Dirigentes civiles del departamento minero de Potosí, que llevan tres semanas en huelga exigiendo obras e inversiones, pidieron la mediación de la Iglesia para dialogar con el gobierno de Bolivia, intervención que el poder Ejecutivo no acepta.

“Nos consultaron los del Comité Cívico, entonces con esto se consultará al gobierno”, para facilitar un acercamiento, afirmó este lunes Ricardo Centellas, vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Bolivia, entrevistado por la radio privada Erbol.

Los líderes del Comité Cívico de Potosí llegaron a La Paz para pedir mantener un diálogo con el presidente, pero el gobierno aseguró que pueden conversar solo con ministros, sobre un pliego de demandas.

Potosí demanda obras, como la construcción de una fábrica de cemento, proyectos de reconstrucción del Cerro Rico -afectado por la incesante explotación privada-, un aeropuerto internacional, y un hospital de tercer nivel, con especialidades.

La ciudad de Potosí, de unos 200.000 habitantes que viven de la minería y el turismo, ingresó a su tercera semana de huelga que paralizó la población, y afectó seriamente el suministro de alimentos, espantando a los visitantes foráneos.

“Tenemos la esperanza de que el gobierno pueda tomar una actitud de escucha, comenzar este encuentro fraterno entre Comcipo (comité cívico) y el señor presidente”, agregó el obispo Centellas.

Tras esas versiones, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, rechazó la participación de un tercero y volvió a llamar a los huelguistas a dialogar.

“No se necesita una mediación en este caso”, porque el gobierno no rechaza el diálogo, pero debe ser con los ministros y no con el jefe de Estado, insistió Romero.

Entre tanto, la plaza de Armas, donde se hallan las oficinas de Morales y el Parlamento, permanece cerrada por anillos de seguridad establecidos por centenares de policías y militares, para evitar cualquier intento de los manifestantes de ingresar al lugar.

La huelga civil provocó un nuevo roce de Bolivia con Chile, pues Morales señaló en la víspera que el conflicto es alimentado por “algunos chilenos”, para opacar la visita del papa Francisco que señaló que el reclamo marítimo boliviano es justo, mientras el canciller Heraldo Muñoz, respondió en Santiago que la aseveración de La Paz es “surrealista”.