Algunos senadores de la región del Bío Bío califican de incompatible la acción parlamentaria con trabajos en el sector privado, mientras que otros catalogan de “poco democrático” el tener que deshacerse de los bienes para ser congresista.
La región tiene 4 representantes en la Cámara Alta, senadores en su mayoría con experiencia política y quisimos saber si alguno de ellos tiene algún tipo de “ingreso extra” además de la dieta parlamentaria que alcanza los 9 millones de pesos bruto, sin contar las asignaciones.
Felipe Harboe, senador PPD señaló que tiene una sociedad de asesorías jurídicas con su esposa desde el 2009, grupo que, aseguró, no tiene movimientos. Manifestó que su dedicación es exclusiva a la actividad parlamentaria, ya que, a su juicio, otra actividad no corresponde.
El presidente del MAS, Alejandro Navarro indicó que la única actividad paralela que ha tenido ha sido la docencia, y que hoy, ya no ejerce.
Cabe señalar que el senador presentó un proyecto de ley para regular este tipo de prácticas el 2007, y no obtuvo apoyo, y agregó que es impresentable que el Congreso siga legislando sobre la base a la reacción y de la crisis.
Según él, legislar en “caliente” genera malas leyes, concordando con la senadora por la UDI Jacqueline Van Rysselberghe, quien declaró su tienda de ropa y una sociedad de inversiones inmobiliarias. Eso sí, aseguró que no tienen actividad comercial.
Consideró “poco democrático” obligar a los parlamentarios a deshacerse de sus bienes.
Mientras tanto, el también gremialista Víctor Perez explicó que abandonó su profesión de abogado en 1993, ya que era incompatible con su calidad de senador. Enfatizó que un parlamentario no puede tener “clientes”.
Declaró una sociedad de inversiones que hace más de 8 años no tiene ningún movimiento, y aseguró que hoy tiene dedicación exclusiva a la acción legislativa. De hecho, consideró “insólita” la discusión de exclusividad, pues dijo que es evidente que no se puede, y que no necesita mayor análisis, sólo sentido común.