Una asamblea de más de 3.000 indígenas condenó este domingo a siete guerrilleros de las FARC en Colombia por el asesinato de dos aborígenes, con penas que van desde 60 y 40 años de cárcel a 20 latigazos.

La máxima condena, de 60 años de prisión, la recibió Carlos Iván Silva, el combatiente que confesó haber cometido el crimen material contra los miembros de la guardia indígena en el municipio de Toribío, departamento del Cauca (oeste).

Otros cuatro acusados fueron sancionados con 40 años de cárcel por haber “disparado indiscriminadamente contra otros miembros de la comunidad” cuando acompañaban a Silva el miércoles pasado, día en que ocurrieron los hechos, dijo a la AFP Gabriel Paví, consejero de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACINC).

Por otro lado, dos guerrilleros adolescentes de 14 y 17 años que estaban en el grupo de los siete capturados recibirán 20 latigazos y serán recluidos en un centro de rehabilitación hasta cumplir la mayoría de edad, determinó la asamblea compuesta por más de 3.000 representantes de las aldeas nativas del departamento del Cauca.

En el juicio, los líderes aborígenes de la etnia nasa que habita en la zona determinaron que, una vez los adolescentes cumplan la mayoría de edad, que en Colombia es de 18 años, una nueva asamblea decidirá su futuro.

La Constitución colombiana brinda a las autoridades de los pueblos indígenas la potestad de realizar juicios por delitos cometidos en sus territorios ancestrales, aunque no pueden aplicar penas que contravengan la Carta Magna o las leyes del país.

- Cuatro horas

Al mediodía de este domingo comenzó el juicio, un día después del sepelio de los dos guardias indígenas que murieron por disparos de los guerrilleros luego de retirar una valla alusiva al exjefe insurgente Guillermo León Sáenz (“Alfonso Cano”), abatido en 2011.

Los siete combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), quienes fueron detenidos por la guardia indígena del lugar el mismo día del ataque, llegaron escoltados a un salón comunal, constató un fotógrafo de la AFP.

Allí, miembros de las reservas indígenas de la zona tomaron la decisión tras una deliberación de unas cuatro horas, luego de escuchar el informe de una comisión investigadora designada por las autoridades.

Los insurgentes también son miembros de la etnia nasa o paez a la cual pertenecían las víctimas.

A las afueras del salón donde concurrieron quienes dieron el veredicto, los organizadores instalaron altavoces para que los demás pobladores escucharan el juicio.

Las FARC, principal guerrilla de Colombia con unos 8.000 combatientes según cifras oficiales, reconocieron los hechos en un comunicado emitido el sábado desde La Habana, donde adelantan diálogos de paz con el gobierno colombiano desde hace dos años, aunque sin un cese del fuego previo a las negociaciones.

La población indígena en Colombia alcanzaba unos 1,4 millones en 2005, según las últimas cifras oficiales.