Helen Whewell es una mujer británica que por años vivió con una obesidad mórbida a la que no prestaba mayor atención hasta que desarrolló una grave enfermedad cardíaca que la obligó a hacerse cargo del problema, especialmente luego que su doctor le dijera que si no bajaba de peso, moriría.

Aterrada por aquel esceneario, Whewell decidió comenzar a visitar especialistas que la ayudasen, pero según ella misma relató a BBC “me negaron tratamientos médicos importantes hasta que perdiera una cantidad considerable de peso”. Fue entonces que comenzó a trabajar con Sioned Quirkel, una dietista especializada que la hizo cambiar por completo su vida.

Como todos los expertos recomiendan, Helen también señala que lo primordial para bajar de peso y el primer paso que ella dio fue “pedirle consejos personalizados a un profesional de la salud” para diseñar un plan de trabajo, ya que cada organismo es diferente y tiene diferentes necesidades.

La mujer también asegura que hay que perderle el miedo a la pesa. “Aunque la tentación es evitar que a uno lo pesen, estar ciego a la realidad no ayuda a perder kilos” explica. señalando que hay que compenetrarse en la tarea. “El sólo bajar 5 a 10% de peso ya trae un beneficio significativo para la salud”, dice.

También ayuda el ponerse una meta, puede ser cualquier cosa, jugar con los hijos o volver a usar una prenda de ropa. “Cambiar su dieta y estilo de vida traerá beneficios adicionales. Si los escribe, le servirán de motivación cuando la necesite”, asegura. Además al alcanzar la meta, siempre es bueno premiarse, quizás no con alguna golosina, pero sí con algún “gustito” que se quiera dar.

El trabajo de bajar de peso es una tarea que no se puede hacer por si solo, sino que se necesita de la familia y amigos. Es importante dice la mujer, que todos participen ya sea haciéndose cargo de la comida mientras el paciente va ejercitarse o simplemente no quejándose al no ver alimentos pocos saludables en la cocina.

Mantenerse en movimiento es esencial, aunque el gimnasio no siempre es una alternativa perfecta para todos. “Me aterraba la idea de ir a un gimnasio… sencillamente sentía que no pertenecía a ese ambiente. Necesitaba encontrar algo con lo que me sintiera cómoda”, explica Helen, quien decidió comenzar a caminar 20 minutos diarios y tomar clases de danza de vientre, lo que asegura que la ayudó no sólo en la figura, sino también en su autoestima.

Whewell reconoce que el hambre es una de las cosas que más complican el proceso, por eso no es recomendable dejar que el cuerpo llegue a sentirlo. Helen recomienda mantener alimentos saludables cercanos, ya sea en la cocina, en la cartera o en el trabajo, esto requiere aprender a comprar inteligentemente, es decir no ir al supermercado con hambre, ni dejarse llevar por la tentación.

Pequeños truco que también le funcionaron fue mantenerse hidratada, por lo que bebe 2 litros de líquidos al día; dejarse llevar por la nostalgia y ver antiguas fotos de cuando estaba más contenta con su peso, la que incluso puso en la nevera; y dejar de comer por consuelo, “aprenda a reconocer cuando su hambre es una señal de otra cosa, como estrés o fatiga. Comer por razones emocionales puede llevar a un círculo vicioso así que busque otras maneras de lidiar con ese tipo de problemas”.

Además explica que es muy importante decir ‘no’ a soluciones temporales. “Si quiere perder peso y no volverlo a ganar, tiene que cambiar su forma de pensar: es un estilo de vida a largo plazo. Es normal fallar ocasionalmente en el camino pero no se dé por vencido completamente”.

Finalmente señala que hay que tener cuidados con las debilidades, como salir a comer afuera o tener alcohol en la casa, lo que se puede hacer, pero siempre con moderación.

Actualmente la mujer continúa con su tratamiento para poder lograr su peso ideal.

BBC

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