Roser TOLL/Agencia France Presse
La presidenta Michelle Bachelet presentará este jueves una agenda energética que fija el camino para hacer frente a los altos costos y el déficit en el país, y con la que se pretende afianzar las inversiones mineras.
La incertidumbre de los últimos años en el sector energético ha complicado el panorama de muchos de los proyectos mineros en carpeta, en especial por tratarse del mayor productor de cobre del mundo, responsable del 33% de la oferta mundial del metal rojo.
Las mineras han advertido de los altos costos de la energía y de la falta de suministro a futuro para sus faenas, que ocupan el 90% del sistema eléctrico que surte de energía al norte del país.
Para este año, la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) proyectó un consumo de electricidad de parte de las mineras de 22,9 TWh, mientras que en 2025, teniendo en cuenta los nuevos proyectos mineros previstos, el consumo esperado será de 41,1 TWh, casi el doble.
El ministro de Energía, Máximo Pacheco, se ha reunido durante los últimos meses con múltiples actores del sector para el diseño de sus políticas, que presentará este jueves junto a la presidenta.
“Tenemos instrumentos para empezar a salir del letargo y alinear la infraestructura energética con las necesidades que tenemos como país”, señaló el ministro en la inauguración de una feria del rubro.
Muchos de los proyectos energéticos planificados en los últimos años se toparon con la oposición de una ciudadanía muy crítica con sus efectos sobre el medio ambiente, y una compleja legislación ambiental que paralizó judicialmente varias iniciativas.
Fue el caso de la centrales termoeléctrica a carbón de Castilla, la mayor de Sudamérica, o la termoeléctrica de Barrancones, que pese a ser autorizada, finalmente fue desestimada por el ex presidente Piñera, ante la contaminación que causaría en Punta de Choros, una de las zonas de mayor diversidad ambiental del país.
También quedó en suspenso el polémico proyecto de Hidroaysén, que pretende construir cinco represas en la Patagonia chilena, y una extensa línea de transmisión que transporte la energía hasta el norte del país, que está siendo analizado por el comité de ministros.
Pacheco ha criticado la falta de inversión de las generadoras eléctricas en los últimos años, y ha asegurado que es necesario aumentar la competencia en el sector para lograr bajar los precios de la electricidad.
Bachelet también ha dado señales de que quiere aumentar la presencia de las energías renovables no convencionales y el gas natural licuado en la matriz energética del país, para reducir la contaminación y los altos precios del diésel.
Energía más limpia
En marzo, en el Sistema Interconectado Central (SIC) que abastece al centro del país, la generación termoeléctrica representó el 66,7% de la electricidad y la hidroeléctrica fue del 31%, mientras que en el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING), que abastece el norte donde se encuentran la mayoría de mineras, 82% de la electricidad fue en base a carbón y 4,4% a base de gas.
La actual administración busca “energía más limpia, tecnología de punta, fuentes de abastecimiento más seguras, que introducen más competencia a un mercado que lo necesita, para rebajar costos y reducir a la larga los precios que terminan pagando las familias”, dijo el miércoles la mandataria en la inauguración del estanque de almacenamiento para gas licuado del terminal de GNL Mejillones.
Bachelet, además, quiere asegurar la participación de las comunidades locales en la implementación de proyectos energéticos, un nuevo actor que ha mostrado su fuerza y su capacidad de paralizar iniciativas energéticas en los últimos años.