La falta de agua alcanza niveles de catástrofe en gran parte del país, donde es sabido y reconocido por las autoridades que la demanda supera con creces el recurso disponible. Son millones de litros de agua los que diariamente se explotan, sin regulación, tanto en nuestros hogares como en las industrias.

La Constitución Política y el Código de Aguas de 1981 permitieron que prácticamente el 100% de las aguas chilenas estén en manos de empresas energéticas, mineras y sanitarias, sin contar la nula regulación de las plantaciones forestales que secan las tierras en la zona centro-sur.

Bajo la lógica del agua como un bien de consumo, organizaciones internacionales han creado el concepto de “huella hídrica”, para medir la real cantidad de agua que se utiliza en cada actividad humana. Por ejemplo, para un simple desayuno ocupas alrededor de 320 litros; y sólo un metro cúbico de la madera con la que construyeron tu casa, fue posible gracias a unos 400 mil litros de agua.

Pero, ¿cómo una pequeña tasa de café gasta 140 litros de agua? La huella hídrica se calcula considerando toda la cadena de producción, es decir, desde el riego utilizado para obtener el grano de café, su cosecha, la energía utilizada, su transporte y comercialización, hasta el agua que ocupas para preparar el brebaje.

Son cifras que inquietan, si recordamos que sólo el 3% del agua del planeta es dulce; de ella, el 2% está congelada en glaciares y sólo el 1% está disponible para nuestro consumo.

Chile se está secando

En nuestro país la situación es crítica y los dardos apuntan a la generación de energía, la agroindustria, la minería y la expansión forestal. Desde la fundación Water Footprint, el académico Arjen Y. Hoekstra explica que “los problemas hídricos están íntimamente relacionados con la estructura de la economía mundial”.

“Muchos países han externalizado significativamente su huella hídrica al importar bienes de otros lugares donde requieren un alto contenido de agua para su producción. Esto genera una importante presión en los recursos hídricos de las regiones exportadoras, donde muy a menudo existe una carencia de mecanismos para una buena gobernanza y conservación de los recursos hídricos”, dijo el científico.

En Chile, el sector con la mayor huella hídrica es el de la energía, que ocupa 126 mil millones de metros cúbicos de agua en un año, según estimaciones del Departamento de Economía Agraria de la Universidad Católica. Sabido es que Endesa goza de la propiedad de más del 80% de las aguas destinadas a la generación eléctrica.

El sector silvoagropeacuario se lleva el segundo lugar con 16 mil 700 millones de metros cúbicos al año; seguido de la industria, con 2.645 millones; la minería con 1.980 millones; y en último lugar, el agua potable con 1.350 millones.

Infografía Huella Hídrica