Un vistazo al teléfono para saber cuánto pesamos, cuántos pasos hemos dado o si nos hemos cepillado bien los dientes: en el congreso mundial de la telefonía móvil de Barcelona, la manía de cuantificar todas nuestras actividades diarias se ve recompensada.
“Existe una expectativa de tener mejor salud, ser más activo, comer mejor”, afirma Jean-Laurent Poitou, responsable de estrategía en tecnologías de la firma de asesores Accenture, con sede en Dublín.
Y “hay una combinación de factores tecnológicos que hacen que eso resulte sencillo y barato” gracias a “la miniaturización de los captores y la caída de precios de los componentes”, agrega.
Desde el domingo, incluso antes de que el Mobile World Congress -el Congreso mundial de la telefonía móvil, la gran cita anual del sector- abriese sus puertas, los fabricantes de celulares multiplicaron los anuncios en este sentido, casi todos centrados en las pulseras conectadas, que vigilan el más mínimo de nuestros movimientos.
Un mercado prometedor: según el gabinete de estudios Canalys, las ventas mundiales de pulseras y relojes conectados debería dispararse de 17 millones este año a 45 millones en 2017.
“Registre su vida”, dice Sony Mobile sobre su SmartBand presentada el domingo. Dando un golpecito sobre ella durante el día, podemos memorizar lo que consideramos como momentos importantes, ya sea una comida entre amigos o una exposición que nos ha gustado.
Una promesa similar hacen Huawei y Samsung, que presentaron respectivamente TalkBand y Gear Fit, que funcionan además como reloj y reciben las llamadas y mensajes del teléfono móvil al que están conectadas por un sistema inalámbrico de Bluetooth.
El resto de funciones son más o menos las mismas: principalmente seguimiento del ritmo de sueño para determinar la mejor hora para acostarse -lo que implica dormir con ella- y control del ritmo cardiaco.
Más allá de las pulseras conectadas, también encontramos en los estands del congreso básculas e incluso cepillos de dientes conectados.
Un deseo de controlarlo todo que a veces se encuentra en el corazón mismo del teléfono móvil. Así, el recién llegado a la gama Samsung, el Galaxy S5, incluye un diodo en su revés para comprobar de un vistazo el ritmo del corazón.
“Tendencia del ‘yo cuantificado’”
“Existe realmente esta tendencia del ‘quantified self’”, el ‘yo cuantificado’, asegura Michael Cohen-Dumani, director asociado de la marca dental Oral-B.
“Pero hasta ahora nadie había pensado en la boca”, agrega, orgulloso de presentar el primer cepillo de dientes conectado del mundo, que se comercializará en Europa, Estados Unidos y Asia a partir de junio.
“Hoy vemos el potencial del celular para cambiar los hábitos”, dice, asegurando que según las pruebas efectuadas por la marca, las personas que utilizan este cepillo se lavan los dientes durante más tiempo.
Número de pasos, ritmo cardiaco, peso o forma de cepillarse los dientes, todos estos datos se sincronizan permanentemente con una aplicación en el teléfono, que mantiene un registro detallado de nuestras actividades a lo largo de los meses.
Para motivar a los usuarios, la aplicación lanza desafíos como andar al menos 10.000 pasos al día, da recompensas -”¡Felicidades, sus dientes brillan!”- o te reta amablemente.
La pulsera del estadounidense Fitbit, líder con más del 60% del mercado, “te motiva para que te muevas más, comas mejor y duermas mejor”, asegura Benoit Raimbault, director de marketing para Europa.
Estos objetos conectados introducen también un factor de competición: “uno se puede marcar objetivos y comunicar con sus amigos através de las redes sociales”, comparando el número de pasos dados en el día, explica.
En lo que respecta al cepillo de dientes, los objetivos toman un cariz abiertamente lúdico, mediante una serie de “pruebas” que se deben superar para divulgarlas después con orgullo en línea: lavarse los dientes en un aeropuerto o hacerlo en el extranjero, por ejemplo.