Primero fue en las redes sociales, donde en forma anónima fue contando su historia y sus aventuras. Luego se supo que “Joven y Alocada” era Camila Gutiérrez, y después vino la premiada película (que tuvo más éxito en el extranjero que en el país).
Ahora, Joven y alocada es un libro, un relato-recopilación ordenado de su historia en un lenguaje suelto, lleno de modismos, garabatos y una particular ortografía muy vinculada a las redes sociales.
¿Aporta algo a lo ya conocido? La posibilidad de leerlo de corrido, en forma de relato, de poder detenerse o releer (a costa ciertamente de perder algo de lo espontáneo, de lo gratuito de internet). Pero por sobre todo, el libro permite a algunos enfrentarse con el lenguaje, con una forma de vida de un grupo de personas –ya que no de una generación- que tienen que ver con internet, con choque de formas de vivir donde los límites, las normas rígidas –no siempre con un sentido y aplicadas en forma consecuente- se enfrentan a la libertad –las libertades y riesgos- que ofrecen la globalización y los múltiples medios.
Este libro permite reflexionar sobre las posibilidades –y los peligros- de internet y las redes sociales, por ejemplo alentando –gracias al anonimato y las múltiples posibilidades de diálogo- a verbalizar, para contar y conversar temas que, de otra forma, sería muy difícil.
Pero Joven y alocada es, a mi entender, ante todo el relato de una historia de búsqueda de la propia identidad –sexual en particular, pero también religiosa, de creencias, de valores- y de libertad. Una historia alentada por la valentía y la rebeldía en un marco y un ambiente represivo, castrador.
Un libro recomendable para acercarse a otros mundos, a otros grupos, a otras miradas, para reflexionar sobre esos ambientes rígidos –y sobre nuestras propias rigideces-, sectarios, ortodoxos, excluyentes. Y un gran incentivo y estímulo para mirarse, pensarse, para analizarse.
Con todos los legítimos reparos que algunos puedan hacerle por el lenguaje utilizado como por sus referencias a algunas religiones, a Dios, es un libro muy recomendable por mostrar mundos para muchos desconocidos y por la búsqueda y la lucha por la identidad y la libertad, y especialmente por el ejemplo de honestidad que hay finalmente detrás de éste.