Hay muchos precandidatos que se definen de izquierda.

Hay una izquierda, así se define, que tiene domicilio en la Concertación, ahora Nueva Mayoría, que fue la que administró el modelo socioeconómico impuesto por la dictadura.

Pero hay más: Está el Partido Comunista, crítico a esa gestión, ahora se ha incorporado a la Nueva Mayoría, respaldando la candidatura de Michelle Bachelet.

También Marco Enríquez-Ominami, que también se define de izquierda y se fue de la Concertación porque entiende a la izquierda como otra cosa.

Lo mismo piensan otros, que además esperan estar en la papeleta de noviembre: Marcel Claude, respaldado por el Partido Humanista; Roxana Miranda, del Partido Igualdad; y Alfredo Sfeir, del Partido Ecologista. No hay que olvidar a Gustavo Ruz, del movimiento por una Asamblea Constituyente.

Es sintomático que no haya capacidad de todos ellos de converger en un programa. ¿Será que en la izquierda, contra todo lo que se diga, también ha penetrado el individualismo, la egolatría, el narcisismo, el egoísmo?