La muestra, que devela las distintas facetas de Juan Martínez, se presenta en el Centro Cultural Las Condes, entre el 21 de junio y el 28 de julio.

Pese a que su nombre es poco conocido a nivel popular, se trata del hombre detrás de edificios tan emblemáticos como el Templo Votivo de Maipú, la Escuela Militar Bernardo O’Higgins o las Escuelas de Derecho y de Medicina, de la Universidad de Chile. Incluso en los años sesenta en una revista especializada lo describieron como “el gran olvidado”.

Se trata de Juan Martínez Gutiérrez, uno de los arquitectos más importantes del Chile de la primera mitad del siglo XX, quien, a 37 años de su muerte, recibe un merecido homenaje en el Centro Cultural Las Condes, el jueves 20 de junio, a las 19:30 horas, con la presentación del libro Obra gruesa, y la inauguración de la exposición homónima, que estará abierta al público hasta el 28 de julio.

Su presencia se percibe con fuerza en el Santiago actual por la monumentalidad de sus edificios públicos más importantes. Pero ésa es sólo una faceta de Juan Martínez. Poco se sabe del hombre fascinante; del profesor valiente y vital; del artista que observaba el mundo con una mirada tan aguda como ávida, pendiente de las formas, los colores y los espacios, la profundidad, la perspectiva, la fuerza y la sutileza.

El libro y exposición Obra gruesa lo descubre como un personaje vigente, actual y muy humano. “Optamos por el título Obra gruesa, haciendo alusión a su trabajo de arquitecto pero también a su estatura, su legado y su forma de ser como hombre, arquitecto y artista porque, según el Diccionario Básico Anaya de la lengua, grueso es sinónimo de alto, grande, amplio y corpulento, características de su vida y sus obras”, señala Consuelo Cheyre, gestora del proyecto y vicepresidenta de De la Fuente Editores Ltda.

Luego de algunos textos editados en su nombre y de una recordada muestra en el Museo de Arte Contemporáneo, “por primera vez un libro y una exposición presenta a Juan Martínez en su completa dimensión, como hombre, arquitecto y pintor. El proyecto, impulsado por sus hijas Teruca y Berta Martínez Ateaga, contribuye a acercar a las nuevas generaciones a la obra de un artista chileno de descomunal obra y envergadura”, expresa Francisco Javier Court, director de la Corporación Cultural de Las Condes.

Y agrega: “Martínez fue un visionario, un adelantado, que tuvo la oportunidad de vivir in situ la revolución arquitectónica que se produjo en Europa durante los primeros años del siglo XX. Admiró la Bauhaus y cuando regresó a Chile impulsó el hormigón a la vista, convirtiéndose en el pionero en este nuevo lenguaje. Sus obras tienen un sello inconfundible y son, posiblemente, los edificios más reconocibles de todo el país. Por eso, nos parecía fundamental que el público conociera al hombre que estaba detrás de estos grandes hitos, que además de gran arquitecto fue un eximio acuarelista, discípulo de Juan Francisco González”.

El montaje, integrado por acuarelas, bocetos, dibujos, fotografías y maquetas, que lo muestran en sus facetas de arquitecto, artista y hombre, se complementa con la proyección del documental “Juan Martínez”, realizado por Carnada Films, que integra la serie “Maestros de la forma y el espacio”, exhibida recientemente por ARTV. Este capítulo de 20 minutos -dirigido por Pablo Berthelon y Germán Liñeros- se presentará en forma continuada en un sector especial dentro de las salas de exposición.

Nacido en Bilbao, España, en 1901 y radicado en Chile desde niño, Juan Martínez fue uno de los pioneros de la arquitectura moderna en nuestro país. Luego de una prolongada estadía en Europa, a cargo del diseño y construcción del pabellón chileno en la Exposición Universal de Sevilla de 1929, trajo del Viejo Mundo conceptos innovadores que aplicó a obras locales y modificaron para siempre la manera de hacer arquitectura en Chile.

Sus edificios más emblemáticos marcan un hito en Santiago y con el paso de los años se han transformado en verdaderos íconos estéticos, reconocibles por toda la población. Emplazados en diferentes puntos de la ciudad, las escuelas de Medicina y de Derecho de la Universidad de Chile, el Templo Votivo de Maipú y la Escuela Militar, son referentes obligados y aún hoy mantienen el carácter monumental impreso por Martínez. En 1969 recibe el Premio de Honor del Colegio de Arquitectos de Chile, equivalente hoy al Premio Nacional.

A su conocida obra arquitectónica se une una significativa y poco conocida labor pictórica. Discípulo de Juan Francisco González, eligió la acuarela como medio expresivo, el que practicó con extraordinarios resultados. Asimismo –como sucede con todos los grandes arquitectos- su vida entera se traduce en bocetos, estudios y apuntes que realizaba en forma compulsiva.

“Son cientos de hojas las que el artista realizó y que jamás expuso en una muestra individual. Se trata de los secretos del maestro que dejan constancia de sus viajes, de su amor por los rincones clásicos de Florencia, por las agujas góticas y los caseríos del Viejo Mundo”, señala el crítico Ricardo Bindis.

En tanto el artista Juan Guillermo Tejeda agrega: “Dibujo, croquis, acuarelas y bocetos en los arquitectos convencen de que ellos piensan en imágenes más que palabras. Suelen reproducir sombras que evocan espacios, color y textura habitual en acuarelas y aguadas”.

JUAN MARTÍNEZ. OBRA GRUESA desde el 21 de junio al 28 de julio de 2013, en la Sala de Exposición del Centro Cultural Las Condes, Apoquindo 6570, de martes a domingo 10:30 a 19:00 horas. Entrada liberada.

Juan Martínez, ESTOCOLMO

Juan Martínez, ESTOCOLMO

Templo Votivo

Templo Votivo