El virus de la gripe aviaria H7N9 ha infectado a 63 personas en China, 14 de las cuales han muerto, según un nuevo balance hecho público este lunes por el departamento de salud de la provincia de Jiangsu (este).
La agencia China Nueva informó el domingo de que este virus se había propagado a la provincia de Henan (centro de China), después que la víspera se registrara el primer caso humano en Pekín.
Hasta el sábado, la presencia en el ser humano del virus H7N9 seguía oficialmente circunscrita a tres provincias del este del país (Zhejiang, Jiangsu y Anhui) y a la municipalidad de Shanghai, la gran metrópolis del este.
La industria de aves de corral en China ha perdido más de 10.000 millones de yuanes (1.240 millones de euros) desde que fue anunciado el primer caso de infección en el ser humano, según el diario Global Times, que pidió a los consumidores no ceder al pánico.
“El público debería contener su miedo para evitar un desastre en la industria de aves de corral”, dice un editorial del periódico.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró esta semana que no hay “ninguna indicación” de que exista una transmisión de un ser humano a otro de ese virus.
Antes de que aparecieran los primeros casos en China, la cepa H7N9 de la gripe aviaria no se había transmitido al ser humano. Al igual que sucede con la cepa H5N1, la más común, los científicos temen que una mutación viral permita contaminaciones de un ser humano a otro, lo que podría desencadenar una pandemia.
Las megalópolis de Pekín y Shaghai, que tienen cada una más de 20 millones de habitantes, han tomado medidas para intentar delimitar la cepa infecciosa.
Después de ordenar el cierre de los mercados de aves de corral, las autoridades prohibieron la venta de pájaros y las carreras de palomas mensajeras, un pasatiempo popular en China.
Shanghai y otras ciudades procedieron al sacrificio de decenas de miles de aves, medida que ha golpeado duramente al sector.