Exámenes realizados por científicos de un equipo franco-español y coordinado por el francés Philippe Charlier, halló un perfil genético común analizando la cabeza momificada de Enrique IV y la sangre de su descendiente Luis XVI, ambos reyes de Francia, validando un parentesco que llegó a ser cuestionado.
Enrique IV, el primer rey de Francia de la casa de Borbón, fue asesinado por un fanático católico el 14 de mayo de 1610, y Luis XVI, el marido de María Antonieta, subió al trono en mayo de 1774 pero fue arrestado y juzgado por los revolucionarios de 1789, para ser finalmente sometido a la guillotina en el 21 de enero de 1793.
De acuerdo con Charlier, especialista del hospital Raymond Poincaré y experto en enigmas históricos, los estudios muestran que “Enrique IV y Luis XVI tenían el mismo patrimonio genético repasado por sus padres”.
Los estudios también comprueban la autenticidad de la famosa cabeza de Enrique IV, también fuertemente cuestionada durante décadas.
La cabeza de Enrique IV fue separada del cuerpo en 1793, durante el llamado Régimen del Terror, luego de la profanación de su tumba. La cabeza reapareció en el siglo XIX en una colección privada y en 1919 fue adquirida por un anticuario, que a su vez la revendió a un matrimonio de jubilados que la cedió a la casa de Borbón.
Esa cabeza momificada fue autenticada en 2010 sobre la base de diversos estudios históricos pero faltaba la realización de un estudio de ADN.
En el caso de Luis XVI, los estudios se centraron en un pañuelo manchado con su sangre al momento de su ejecución. Ese pañuelo fue hallado en poder de una familia de aristocráticos italianos y fue analizado por un equipo de expertos coordinado por Carles Laluela-Fox, del Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona, España.
Para Charlier, la coincidencia en el perfil genético entre las dos muestras analizadas confirma “la veracidad del árbol genealógico entre Enrique IV y Luis XVI”.
Los cuestionamientos al parentesco entre Enrique IV y Luis XVI se centraron durante mucho tiempo en la posibilidad de que el rey Luis XIV, el famoso “Rey Sol”, no haya sido en realidad hijo del rey Luis XIII sino del influyente cardenal Jules Mazarino, quien substituyó al cardenal Richelieu como primer ministro en 1642. Luis XIV había nacido en 1638.
Esta sospecha se apoyaba en el hecho de que Luis XIV nació solamente 22 años después del casamiento de Luis XIII con Ana de Austria, y por esa razón diversos historiadores lo apodaron “El niño del milagro”.
Sin embargo, el perfil genético compartido entre Enrique IV y Luis XVI descartan cualquier posibilidad de que Mazarino haya sido el padre de Luis XIV.
Fragmentos del corazón de Luis XIII y de Luis XIV se conservan en la basílica de Saint Denis, cerca de París, pero el equipo de científicos no fue autorizado a analizarlos.