El Consejo de Seguridad de la ONU inició una reunión de urgencia el miércoles, a petición de Estados Unidos y Japón, menos de 24 horas después de que Corea del Norte lanzara un misil.

El lanzamiento, considerado por Washington y sus aliados como un ensayo más de misil balístico de largo alcance, viola las resoluciones 1718 (aprobada en 2006) y 1874 (2009) del Consejo de Seguridad, que prohíben a Pyongyang toda actividad nuclear o balística.

La acción norcoreana, calificada por Estados Unidos de “provocación”, levantó la condena de la comunidad internacional.

El embajador británico ante la ONU, Mark Lyall Grant, aseguró que el Consejo “debe reaccionar rápido y fuerte”.

Washington y Tokio podrían presionar para que la ONU adopte nuevas sanciones contra Pyongyang, pero China, miembro permanente del Consejo integrado por 15 países, siempre intenta proteger a su aliado norcoreano.

“El lanzamiento de la segunda versión de nuestro satélite Kwangmyongsong-3 desde el centro espacial de Sohae (…) es un éxito” y “el satélite entró en órbita, como estaba previsto”, anunció triunfalmente en la televisión una presentadora ataviada con el traje tradicional coreano, un “hanbok” de color rosa.

Corea del Norte reafirmó el miércoles su “derecho legítimo” a lanzar cohetes con fines civiles y afirmó que seguirá con su programa espacial a pesar de las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU, a quien no le reconoce autoridad en la materia.