El soldado Bradley Manning compareció el martes ante un tribunal militar en Fort Meade (Maryland, este) durante una audiencia consagrada al severo régimen carcelario que le impuso el gobierno de Estados Unidos tras haber difundido miles de documentos secretos a WikiLeaks.
Manning debe testificar el miércoles o jueves durante la audiencia preliminar, que se prevé que durará hasta el domingo.
La audición del martes, la primera desde que comenzó el procedimiento, era muy esperada, al tiempo que el gobierno estadounidense fue duramente criticado por las condiciones de detención impuestas a su exanalista de inteligencia en Irak.
El abogado de Manning, David Coombs, trató de demostrar la responsabilidad del gobierno en el seguimiento máximo decretado para Manning en la prisión militar de Quantico, cerca de Washington, a pesar de que los psiquiatras no detectaron riesgo de suicidio.
El excomandante de la prisión, coronel Daniel Choike, justificó la decisión de los militares de encarcelarlo bajo medidas especiales de seguridad debido a “pensamientos suicidas” de Manning, evaluados “constantemente” según un “procedimiento colectivo cotidiano”.
Citado e interrogado por la defensa, Choike dijo haber sido informado de “la importancia del caso” a la llegada de Manning en julio de 2010, a causa de los “riesgos de suicidio”, de “la gravedad de los cargos” contra él y de la “cobertura mediática sustancial” del caso.
Estimando que el ejército abusó de su autoridad, la defensa pidió el abandono de todas las acusaciones, basándose en un artículo del código militar que prohíbe el “castigo ilegal antes del juicio”.
Coombs se refirió al aislamiento total del prisionero durante su detención de nueve meses en Quantico, la intimidación, la desnudez forzada, la prohibición de hacer ejercicio o ver “el sol más de veinte minutos por día”.
“Estuvo detenido en aislamiento durante nueve meses en condiciones que el enviado de la ONU calificó de inhumanas y degradantes”, declaró a la AFP Emma Cape, una militante pacifista de la red de apoyo a Bradley Manning, presente en la manifestación.
Bajo la lluvia, los manifestantes congregados a la entrada de la base militar blandían pancartas reclamando la liberación de Manning, afirmando que “Dar la alarma sobre crímenes de guerra no es un crimen”.
Manning, de 24 años, está acusado de haber filtrado a WikiLeaks, entre noviembre de 2009 y mayo de 2010, documentos oficiales estadounidenses sobre las guerras de Irak y Afganistán y 260.000 despachos del Departamento de Estado.
El soldado, que eligió ser juzgado por un sólo juez militar en lugar de por un jurado, puede ser condenado a cadena perpetua, por “colusión con el enemigo”.