Los países latinoamericanos deben evaluar cuidadosamente el uso de sus ejércitos en la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico, porque siempre existirá el riesgo de violaciones de derechos humanos, advirtieron este jueves funcionarios del gobierno estadounidense.

“Tenemos que entender que siempre habrá el riesgo de violaciones de derechos humanos”, señaló el subsecretario de Defensa Adjunto para las Américas, Paul Stockton, en un evento sobre la región en el Congreso estadounidense.

México mantiene desplegados a los militares desde hace cinco años para enfrentar a los violentos carteles de la droga, mientras que algunos países centroamericanos están otorgando mayores funciones policiales a sus ejércitos, ante el fuerte aumento de los niveles de violencia en la región.

“Puedo entender la frustración del presidente (de Guatemala Otto) Pérez Molina y de otros, pero creo que esa decisión (de usar a las fuerzas armadas) necesita ser tomada con mucho cuidado, por la historia pasada” en la región, que sufrió décadas de guerras civiles, dijo por su parte la embajadora estadounidense en la Organización de Estados Americanos (OEA), Carmen Lomellin.

“Se debe observar la historia de las Américas y su relación con los militares, por razones obvias”, dijo Lomellin, al recordar regímenes dictatoriales militares en América del Sur en el siglo pasado.

“Los retos en materia de seguridad ciudadana son enfrentados mejor por instituciones encargadas de la seguridad ciudadana”, dijo Stockton, quien no obstante dejó claro que la utilización de los ejércitos es “una decisión soberana” de cada país.

“Si los militares cometen violaciones de derechos humanos, pierden respaldo popular”, lo que hace más difícil “alcanzar el objetivo final”, advirtió Stockton.

El funcionario del Pentágono dijo que Colombia puede ser vista como un “caso de estudio”, por los hechos conocidos como “falsos positivos”, en los cuales militares presentaban como rebeldes muertos en combate a quienes en realidad eran civiles secuestrados y asesinados por ellos.

“Es un buen ejemplo de cómo las violaciones a los derechos humanos pueden arraigarse”, aunque luego Colombia “avanzó genuinamente” en el procesamiento de esos casos y actualmente es un “exportador de ayuda” en seguridad para otros países de la región, subrayó Stockton.

“Observemos detenidamente esas experiencias y aprendamos de ellas, no repitamos los mismos problemas”, dijo.