El papa Benedicto XVI se reunió este viernes en Erfurt, en el este de Alemania, con víctimas de sacerdotes pedófilos, cumpliendo con un gesto muy esperado por la sociedad, tras rendir homenaje al reformador Lutero.

“El Santo Padre, consternado y chocado por el sufrimiento de las víctimas de abusos, manifestó su profunda simpatía y pesar por todo lo que se les hizo a ellos y sus familias”, señaló la conferencia episcopal alemana en un comunicado, tras la primera reunión entre el Papa y víctimas alemanas de abusos.

El Papa aseguró a los presentes, cuyo número no se precisó, “que las autoridades de la Iglesia tienen un interés especial en esclarecer todos los casos de abusos, y están trabajando en la promoción de medidas eficaces para proteger a los niños y los jóvenes”, agregó el comunicado.

La Iglesia católica alemana se vio inmersa en un escándalo el año pasado cuando cientos de personas denunciaron los abusos sufridos entre los años 1950 y 1980 cuando eran menores de edad, y las sospechas de que tales crímenes fueron disimulados.

Horas antes, el sumo pontífice rindió homenaje a Lutero, un gesto fuerte hacia los protestantes en Erfurt, donde fue concebida la Reforma, pero sin hacer anuncios concretos respecto al ecumenismo, en el segundo día de su visita a su país natal.

“Lo que no lo dejaba en paz (a Lutero) era la cuestión de Dios, que era la pasión profunda y la fuerza de su vida y de todo su itinerario”, declaró el Papa en un discurso en el convento de los Agustinos, donde el pensador de la Reforma vivió de 1505 a 1511, cuando aún era católico.

Benedicto XVI pronunció este discurso, muy esperado, en la sala del capítulo, durante una reunión de media hora con unos 20 delegados de la Iglesia protestante alemana.

“El pensamiento de Lutero, toda su espiritualidad, estaban completamente centrados en Cristo”, agregó el sumo pontífice, uno de cuyas grandes referencias es San Agustín, detalle que lo acerca a Lutero.

Luego, el Papa concelebró un servicio ecuménico en la iglesia medieval del convento donde Lutero fue ordenado sacerdote en 1507 y donde cantó su primera misa el 2 de mayo del mismo año.

Ante unas 300 personalidades, entre ellas la canciller alemana Angela Merkel, hija de un pastor protestante, y el presidente alemán, Christian Wulff, de religión católica, Benedicto XVI llamó a católicos y luteranos a valorizar todo lo que los une ante peligros como la expansión de las sectas evangelistas.

“En un encuentro ecuménico no sólo deberíamos lamentar las divisiones y las separaciones, sino también agradecer a Dios todos los elementos de unidad que conservó para nosotros”, sostuvo Benedicto XVI.

Durante la ceremonia, el obispo luterano de Braunschweig, Friedrich Weber, leyó un salmo según la traducción original de Lutero. Fue un símbolo fuerte, pues los problemas de Lutero con su jerarquía comenzaron cuando empezó a traducir la Biblia en lengua vernácula para que los fieles la comprendieran.

Tras la ceremonia, el presidente del Consejo de Iglesias Protestantes de Alemania, Nikolaus Schneider, se felicitó por la “rehabilitación” de Lutero que hizo Benedicto XVI, pero pidió avances concretos en el ecumenismo.

Desde su elección, el Papa envió señales contradictorias en materia de ecumenismo, un tema que conoce bien, pues su país natal tiene tantos protestantes (sobre todo luteranos) como católicos: 24,1 millones de los primeros y 24,6 millones de los segundos.

Por la mañana, el obispo de Roma invitó a un mayor diálogo entre el cristianismo y el islam.

Y por la tarde, unos 90.000 fieles católicos recibieron al Papa alrededor del santuario mariano de Etzelsbach, en la región de Eichsfeld, bastión del catolicismo en tiempos de la RDA comunista.